A
Esther MaCo
Cuando el amor es un fugaz
encuentro,
─controlado en tiempo y
forma─
soñar es una muerte dulce
que aspira a resucitar
para ajustarse de nuevo al
calendario
de las promesas.
Bracear sin aire,
respirar aire viciado,
urgir turgencias
y sincronizarlas a la cita
y sus registros y rigores,
a la promesa de un nuevo
consuelo,
cuando la autoridad
así lo considere.
He aprendido a descender
viendo cómo otros se abren
paso
por el torno de las miradas
escrutadoras,
por los entresijos
de una fuente escondida,
umbrosa arboleda tupida,
donde desfogan los ríos
y se hacen tenues las
laderas.
Como comer sin apetito. Algunos usan la técnica del vis a vis como método político: aman al prójimo solo de vez en cuando, escasos minutos al año, un trámite apresurado que hay que hacer de cara a la galería y siempre pendientes del reloj o del móvil, pensando tal vez en otras cosas.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Comer sin apetito, simular el deseo, dejarse registrar... A mí me pareció un todo vejatorio, Cayetano.
EliminarUn abrazo.