09 enero 2011

EL FISIOTERAPEUTA Y LOS MONOS

Había trabajado duro y se permitió por fin el soñado safari fotográfico. El segundo día, extasiado con la conducta gremial de los monos, se le fue el santo al cielo y perdió contacto con el guía. Era el atardecer y en medio de aquella espesa arboleda los puntos cardinales sólo apuntaban hacia arriba, así que, con relativa destreza, escaló hasta lo más alto que pudo tratando de evitar los grandes depredadores.

Desde las alturas, la caída de la tarde resultó un espectáculo inimaginable que trató de inmortalizar con su cámara, hasta agotar la memoria de su tarjeta. El sol dejó de ser dorado sobre las copas de los árboles y los todos los tonos verdes se ennegrecieron al unísono. No veía nada, sólo la caricia del aire, cada vez más fresco, le recordaba que tenía que luchar contra el cansancio y vencer el sueño para evitar la caída. Por la mañana, cuando el sol plateaba de nuevo la clorofila, observó cómo se despiojaban y acariciaban los monos unos a otros antes de descender y buscar el primer alimento del día.


Aquellas manipulaciones le recordaron su trabajo de fisio y vio claramente la conexión tan cercana entre su trabajo y la holganza de los monos. Los observaba con especial cuidado, como si analizara cada una de aquellas nada toscas manipulaciones; Finalmente, con gran regocijo, fue encontrado por el guía, con gran algazara de los componentes del grupo. Cuando estuvo de regreso trató de poner en práctica lo que había aprendido de los monos, pero su clientela no comprendió jamás que ahora comenzara por tratar de despiojarlos.

11 comentarios:

  1. jajaja, muy bueno lo del despiojar. Me has recordado el periplo mio por Gibraltar, dónde un mono le quitó el bocata a una señora visto y no visto.
    Los humanos no nos acabamos de creer del todo que somo simios:)
    Un beso y feliz Domingo

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  2. Al fin y al cabo, entre los monos y nosotros, poca diferencia hay.
    Me ha gustado mucho eso de que los puntos cardinales solo apuntaban hacia arriba.

    Un abrazo.

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  3. Humor ácido que nos recuerda la realidad de nuestra naturaleza, al fin y al cabo sería interesante despiojar a varios que conozco...

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  4. jajaja me encanta este tipo de humor..pero sabes que es lo que mas me gustaría? uff un masaje como el de la foto para aliviar todo el stress que causan las fiestas navideñas...menos mal que la paz y tranquilidad volvió a la casa...
    Saludos desde Venezuela

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  5. Muy buena la relación simio-humana!
    A mí no me importaría nada ponerme en manos de tu fisio... aunque se empeñara en despiojarme primero! Jejejeje!

    Un saludito!
    ;)

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  6. ¡Lo que yo hubiera dado por tener a ese fisio en
    mi casa por aquellos días en que la larga y rizada cabellera de mi hija había sido tomada por inmundas hordas de piojos!
    ¿Tienes su número de teléfono por si acaso?
    Un abrazo Francisco.

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  7. No se puede imitar el comportamiento de los animales porque inmediatamente serás un incomprendido.
    Es que además eso de despiojar se las trae.
    Un saludo Paco.

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  8. jejeje, realmente debía de ser un poco chocante.
    Debio de perder muchos clientes!

    Feliz domingo, monsieur

    Bisous

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  9. Un buen post, la verdad es que, me ha gustado volver a tu blog, después de tantos días, espero ponerme al día.

    Un placer es unos buenos masajes musculares que alivian el interior.

    Te deseo un feliz año 2011.

    Un beso.

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  10. ¡Qué cosas! Aunque, si se me permite, mucho debemos aprender de los animales para llegar a conocernos a nosotros mismos.

    Saludos

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  11. Lo siento no me gustan nada los masajes y me imagino la cara de sus clientes cuando empezase a despiojarlos.

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