26 junio 2010

AMANECER EN MARBELLA

Terminó siendo un día radiante, luminoso como la inmensa mayoría de los días de junio, pero antes, he asistido al rasgado del velo, he visto la lucha titánica de la oscuridad por no dejar de serlo y cómo la luz le ganaba la batalla. Como premonitorio, el vuelo de un par de gaviotas, que se me antojaron desorientas, como si surcaran por rutas ciegas. A lo lejos, un gallo anunciaba el acontecimiento.

Anoche, unas cervezas y unos gritos, un tanto de euforia tras los noventa minutos de juego de la roja - transfigurada en azul y blanco-, que terminó por hacer lo imprescindible para no volverse a casa con las orejas gachas. Le he robado un par de horas al sueño y me he levantado antes que lo hiciera el día: el espectáculo ha sido más intenso que el de anoche en medio de tantas banderas, maquillajes, personas uniformadas y tanto griterío.

Ha sido como un pulso de titanes al que hacía coros un gallo reincidente. Noche cerrada, pero unas gaviotas desorientadas parecían buscar las rutas de fechas anteriores, como si se tratara de un ritual harto conocido en el que se conoce de antemano al vencedor. Gradualmente, con la tenacidad de la perseverancia, la luz fue inclinando el fiel de la balanza en el sentido de su hercúleo empuje, y se fue tamizando un resplandor que disolvía las sombras. Los vencejos, con sus largas y ahorquilladas colas, alas desplegadas, se sumaron a cientos con cánticos de victoria sembrando el cielo -cada vez tintado de mayor claror-, con sus arabesco negros en fintas que animaban al día que lentamente iba venciendo la batalla.

Unos vasos de agua con los que aliviar las extrañezas del estómago, un silencio expectante como víspera de un gran acontecimiento, y mis ojos escudriñando el diafragma del día con su parsimonioso caminar, hasta que el sol se ha abierto paso. Un extraordinario y gratuito acontecimiento diario al que no suelo asistir, remoloneando entre sábanas.

1 comentario:

  1. No me extragna que el numero de seguidores/lectores aumente cada dia...

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar