12 junio 2010

LEY MORDAZA

De alguna forma, todos llevamos un dictador alojado allá donde más conviene a nuestros intereses o contra los intereses del otro. Por eso las normas suelen ser siempre restrictivas: prohibida la entrada, prohibido estacionar, prohibido fumar, prohibida la venta ambulante, prohibido el crucifijo, prohibido el hiyab, prohibido cantar… Una continua negativa con la que amargar la vida al prójimo. Que yo sepa no está prohibido pensar, pero casi siempre está prohibido manifestarlo. Al señor Berlusconi le molesta hasta la Constitución y de momento se conforma con la “ley mordaza”, mediante la cual niega a los ciudadanos el derecho a ser informados. En verdad, la mayoría de las prohibiciones serían innecesarias si los estados se preocuparan más de educar y menos de vetar, más de instruir y menos de coartar.

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