21 septiembre 2018

HABRÍA LLEGADO A ENFERMAR





Habría llegado a enfermar
de lujuria, pero le contuvo el pudor
y se le quedaron miles de besos
en la boca
sin que llegara a formatearlos,
como quien nunca ha pronunciado
te amo.

En su tacto, como desdibujados,
los roces que nunca se consintió
a sí misma,
la pasión contenida
y la inexperiencia de darse
cuerpo a cuerpo.

Su vida fue una continua espera
de un convoy que jamás llegó
a la estación término.

4 comentarios:

  1. Nunca llegó su primavera. Se tuvo que conformar con ver caer las hojas del otoño tras la ventana.
    Un abrazo, Paco.

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  2. Es triste darnos cuenta de que hay muchas personas, que se enclaustraron y no supieron aprovechar la oportunidad de ser felices...Siempre esperaron ese tren o quizá llegó y lo dejaron ir...
    Buen tema, Francisco.
    Mi abrazo y feliz domingo.

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    1. Así es para muchos, María Jesús. Y todavía hay que busca culpabilidad ajena.

      Un abrazo.

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