13 junio 2012

CARTAS DE IDA Y VUELTA

El amor es una incontinencia oral, presencial y táctil que ha de suplirse con los medios con los que contemos al alcance en cada momento. Si el habla es el nexo de dos enamorados, la mirada es el diálogo silente que no necesita de pronunciamientos, pero que identifica y reafirma. Se quejan hoy algunos del exagerado consumo de teléfono cuando una pareja de enamorados apenas acaban de decirse adiós hasta el día siguiente, sin comprender las urgencias comunicativas en el chisporroteo de esa llama impaciente donde diez minutos son un ardor tan flamígero como la cola de un cometa y tan lejana como la vía láctea.

Yo pertenezco a otro tiempo, un tiempo que fue largo en los usos de los enamorados por falta de los medios tecnológicos de ahora, donde las distancias se salvaban con cartas apasionadas que iban y venían. Entre 1968 y finales de 1972, con la salvedad de las cortas y efímeras vacaciones, entre Madrid y Ojén, entre mi amada y yo, había una distancia insalvable que suplíamos con cartas diarias. Eran en verdad cartas que no esperaban respuesta sino que de antemano se entendía que eran afirmaciones por encima de todo: te amo, te vivo, te siento, te palpo en mis sueños, te añoro… te necesito. Cartas donde el punto final eran el comienzo del nuevo pliego y la carta del día siguiente.


Hace unos días me ha mandado mi amigo Perea un PPS sobre Madrid y en él la imagen que aquí adjunto y que ha desencadenado estos recuerdos. Lo que hoy es sede del Ayuntamiento de Madrid fue anteriormente Correos, una institución que funcionaba a las mil maravillas cuando las distancias eran lejanísimas, cuando los trenes eran casi eternos y las carreteras tenían sólo un carril en cada sentido y hasta baches catalogados; luego les nació la competencia privada y cara, los trenes se hicieron veloces y las autovías se generalizaron; por si fuera poco, los medios tecnológicos bifurcaron la correspondencia hacia otras ofertas más inmediatas y en cambio la correspondencia se ha hecho más lenta y escasa: misterios indescifrables que tiene la vida a cada paso.

Como decía, ¡cuántas veces habré echado una carta en este mismo bufón de la fotografía, para que al día siguiente estuviera en sus manos antes del medio día! “Y yo…  acabo de recibir tu carta, donde me dices…” Estamos en otro tiempo. Ayer me subí al autobús y una parejita con la edad en el rubor de los labios, se despedía encendida y melosamente antes de subir ella a la plataforma. Junto a mí había el único asiento vacío, pero no se sentó hasta que un recodo apartó de su vista a su chico, aun estático en la parada viendo como el autobús se alejaba; al momento, el sonido ya característico de un WhatsApp. Se le encendieron las mejillas según leía y de inmediato se afanó en responderle a dos manos con decires de enamorados.

22 comentarios:

  1. ¡¡El amor, si es que el amor es así!! Un@ está envovadit@ y todo el día hilvanando sonrisas.
    Me ha gustado mucho como lo relatas, es una historia muy parecida a la nuestra, sólo que mi compañero escribia desde Madrid, yo desde Toledo. Y mi compañero a efectos de las monjas era mi primo :-), que no mi enamorado. Antes, no había WhatsApp, tampoco mucho dinero para viajar ni hacer llamadas al telefono. Las cartas eran como palomas mensajeras. Y eran leídas una y otra vez, manoseadas y puestas en el pecho para sentir esas palabras mucho más.
    ¡¡Qué bonitos aquellos recuerdos!!.
    Saludos y un abrazo

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    1. ¡¡Ayyyyyyyyy!!! Que me duele el alma, embobadit@ son las dos con b :-)
      Perdón por este atropello al diccionario de la Real Academia Española
      Otro abrazo

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  2. Hola amigo, que tiempos tan bellos eran aquellos, cuantos recuerdos han aflorado a mi mente al leerte. Un hermoso texto lleno de tus recuerdos que han desencadenado los mios. Gracias por compartir tu sentir, cuidate mucho. Es bonito recordar aquellos tiempos.

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  3. Mi noviazgo fue vía telefónica, durante tres años, de 1973 al 1975, nos separaron unos 1000 Kilómetros, la distancia entre Granada y Barcelona, gracias a ese teléfono, que por suerte no pagaba, podía estar hablando (o en silencio)con mi amada, hoy mi esposa, las 8 horas que duraba la guardia. ¿Será por eso que odio los teléfonos?

    Un abrazo

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  4. Muy buen relato, claro que cambian los medios de comunicarse los enamorados, pero no los sentimientos.

    Buen día

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  5. A veces pienso cuanto me hubiera gustado tener en aquellos tiempos un whatsapp o un poco menos, el clasico sms, ohhhhh que bueno, nosotros, como tu dices, escribíamos cartas cuando mi novio que luego fue mi marido, estaba en la mili en Alcala de Henares!!!! imaginate cuanta agua por medio, la carta tardaba en llegar muchos días, cartas esperadas, ansiadas, cartas que aun guardo como un tesoro, uyyyyyyy cuantos años han pasado y cuantos recuerdos me despiertas con tu buzón...
    te mereces un besote que te mando

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  6. Qué maravilloso relato Francisco, a todos nos has traído preciosos recuerdos de nuestros amoríos.
    Un abrazo.

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  7. Me ha encantado tu relato, en un buzón como ese depositaba yo mis cartas.
    Saludos

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  8. Qué bonita y entrañable entrada!!! Ahora tenemos más tecnología pero donde esté el género epistolar qur se quite todo lo demás. Esas cartas llenas de sentimientos se guardan... los mensajes de amor con las nuevas tecnologías se pierden en el espacio. Besos cariñosos primo.

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  9. Paco, me ha enamorado esta entrada. Tu novia de entonces, tu esposa de siempre, tuvo que recibir maravillosas cartas de amor. No es de extrañar que la conquistaras para toda una vida.

    Ha sido un lujo leerte por "partida doble" en el día de hoy.

    Abrazos.

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  10. Compártelo en el Facebook, Paco, quiero dárselo a conocer a mi gente...

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    1. A diario, aparece el enlace en Facebook y Twitter. Gracias, Mascab.
      Besos

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  11. Excelente relato...dónde depósito mi misiva....

    Tu romanticismo esta en tuser y fluye por los canales de tu vida y lo compartes con tu alma

    Gracias Poeta del alma!
    Gracias por tus narraciones!
    Gracias por existir!

    Además agradecerte tu visita
    dciendo:

    Ha querido propiciar mi destino
    Encontrarte en mi camino
    A través de un espacio singular,
    Dónde anidan gentes sabias,
    Inteligentes, con dones,
    Alegres, vitales, generosas,
    Solidarias,
    Que hacen un culto
    De la amistad.
    Por ello quiero
    Dejar en mi huella
    Un cofre con cariño
    Para cuando nadie te abrace.
    Mi mano extendida
    Para cuando no tengas apoyo.
    Mi mirar
    Para cuando no puedas ver.
    Y mi amistad verdadera
    Cuando el horizonte
    Se presente nublado.
    Porque hoy decidí
    Dejar mi huella
    Con abrazo a puro sentir
    Y celebrar en paseos
    La amistad
    En agradecimientos
    De habernos encontrado
    Con promesa de estar!
    Dejo mi huella
    Junto a una invitación
    A mis blogs
    Dónde te esperan
    Decires y Premios
    Poemas Y Reflexiones,
    Arte y Recetas
    Y un Mate
    Criollo Y Compañero
    Como símbolo de amistad.

    Un Cariño
    Tuya
    María del Carmen
    www.panconsusurros.blogspot.com

    Y de ahí a viajar por mis otros blogs.
    gmariadelcarmen28@yahoo.com.ar

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  12. Los enamorados hacen uso siempre de la "tecnología punta" del momento, como los ejércitos en la guerra. Lo más moderno al servicio de la causa. En aquellos días lejanos era correos el no va más de los mensajes escritos. Yo también lo recuerdo. Toneladas de papel para los enamorados. Vivía Franco. Era normal pues que las cartas llevaran "franqueo".
    Un saludo.

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  13. Qué recuerdos esas cartas tan elaboradas o no pero llenas de amor y de noticias!.
    Ya hemos superado esa etapa por la rapidez de otros medios, pero los que escribimos muchas misivas, aún conservamos el olor y el color de las mismas.
    Gracias por recordarlo.
    Besos

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  14. Cinco años, cinco, estuvimos nosotros a carta diaria.

    Seguro que Pepita tiene todas tus carta guardadas ¿Verdad?
    Cuando estoy un par de dias sin pasar por aquí se me olvida lo bien que escribes.
    Un abrazo

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  15. Extraño la voz del cartero, mucho.
    Internet no es lo mismo, no llama a la puerta como lo hacía él.
    Gracias por esta entrada, Francisco

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  16. Estoy muy de acuerdo en lo que dice usted sobre la escuela y la universidad en la pagina de Hombre de a pie

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  17. Hola Francisco un placer leer tu post muy emotivo y romántico.... Las cartas de antes eran cartas de amor... las de ahora son mensajes...
    Felicidades en el día del Escritor.

    Un abrazo de MA.
    El blog de MA.

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  18. Antes se escribía una carta que tenía vida, como si estuvieras hablando cara a cara con la persona a quien se la tenías que enviar. Su imagen en tu mente te inspiraba para decirle lo que piensas, lo que te gusta en su forma de ser; siéntela cerca de ti y diciéndole cuánto la amas y porque. Aquellas cartas que se guardaron con cariño y amor, nunca morirán, estarán vivas para el recuerdo.
    Un abrazo

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  19. Personalmente ...me gustan esas cartas de amor de las que hablas ...los mensajes : se perderán en espacios intangibles de bytes y nubes tecnológicas que un día desaparecerán. El cuidado y el esmero de aquellas cartas : es especial. El de los mensajes de hoy día ...es algo efímero en el tiempo, menos romántico, insípido y sin sello.

    ¡¡Recuperemos aquellas cartas y escribamos de vez en cuando a esos amigos del alma a quien les encantaría recibir nuestras letras impresas en un papel especial!!.

    Muy buena entrada, Francisco. Un abrazo.

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