16 febrero 2025

TOPACIO

 




Se tomó su tiempo

y cristalizó en aristas que le delimitan,

le dan esbeltez y carácter singular.

Piedra, roca amarilla,

como el color de una ofrenda de cera

que se enciende para venerar

ese más allá desconocido y desvelado

que nos acuna el ánima.

Magma de las entrañas de la tierra

que sedimentaron los días

y segregaron los años;

miel sólida,

insípida y desabrida,

cuya luz nace de su interior

cuando se deja atravesar por la mirada,

o cuando un rayo de sol trata de herirla

sin lograr nunca el propósito.

Materia virginal en manos de un orfebre

a cuya belleza no tiene nada que añadir,

tan solo contemplar,

adecuar al tamaño del diseño,

como sol enjoyado que se ofrece

y en ningún caso decepciona.



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