13 noviembre 2018

CÁNTICOS NATURALES




La piedra permanece sorda
hasta que tropiezas con un guijarro
y brinca con sonido ronco por cada roca
con la que va trompicando,
salvo al caer en la arena,
donde se abraza y consuela entre suspiros silentes.

Hay una música que todos identifican
en la copa del abedul,
cuando acariciado por la brisa
es arpa que se estremece;
como también esa musicalidad
la madera de su tronco
cuando es cajón que abre o cierra
o instrumento que presta su figura al viento.

En el rocío nocturno,
cuando rompe el alba,
los gemidos condensados de la noche
en primorosas esferas transparentes,
son como cuentas de un rosario de gozos y penalidades,
misterios y salmodias, cánticos naturales.

4 comentarios:

  1. La música de la naturaleza. Hay que tener mucha sensibilidad para saber oírla. Y dotes de poeta -como el autor de esta entrada- para interpretarla.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Muchísimas gracias, Cayetano, por lo mucho que de ti recibo cada día. ¿Cómo pagarte?

      Un abrazo.

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  2. Que bien lo dije tu amigo Cayetano . Tu hablas de esa música de la naturaleza que pocos la oyen y la aprecian .
    Ya sabes que cuando estoy por aquí vengo a verte.
    Un abrazo.

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  3. La naturaleza nos habla constantemente y si la escuchamos nos damos cuenta de su pasión y su entrega por todo lo que la rodea.
    Mi felicitación por tu atenta mirada, siempre sensible y creativa.
    Mi abrazo y mi ánimo siempre.

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