20 julio 2015

MELODÍA



En este solaz de soledad
y de silencio, la mar es caracola
audible que mece las aguas a ritmo
con la voluntad del seguidismo pautado.

Amanece; el sol quiere
ser amarillo pálido, pajizo, incipiente,
todavía desarmado de saetas
hirientes sobre el piélago verdoso.

No hay huellas en la playa;
la goma de borrar del agua
ha peinado el rebalaje
y la ha planchado de todo indicio.

Este regocijo, este silencio es enturbiado
con el eco lejano
de un barco sin silueta;
poco después, en el infinito,
va apareciendo una leve mancha
parda, que acentúa el machaqueo
de un motor que, al poco
es presencia en movimiento
y va dejando una estela desdibujada
que acaba por apagarse sin estridencias.
Ahora, más cerca, le sigue una formación
de gaviotas con inquietud de búsqueda.
Ya ha amanecido, el sol es presencia
rígida, todavía no rabiosa, pero pronto
será acicate para llenar
este espacio de bañistas
que atropellarán esta deliciosa melodía.

4 comentarios:

  1. Comienzas en largo acorde de flautas, punteando el amanecer y poco a poco vas añadiendo nuevos instrumentos, hasta conseguir una sinfonía poblada de voces, murmullos y vuelos, que nos hacen sentir la vida en plenitud.
    Mi gratitud por hacernos partícipes de tu visión y emoción, amigo.
    Mi abrazo de luz y feliz semana.
    M.Jesús

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    1. En vez de un comentario, María Jesús, haces una nueva composición cuajada de bellas imágenes. Gracias por tu lectura, por la escucha atenta de cada instrumento y la ordenación en un pentagrama.
      Mi agradecimiento y un beso.

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  2. Puedo escuchar la melodía . Acaricia mi alma.
    Preciosos versos. Un gozo leerte.
    Apapachos.

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    1. ¡Qué alegría cuando logro que puedas mecerte o danzar en la melodía de mis letras, María del Carmen. Me hace muy feliz tu comentario.
      Apapachos.

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