29 julio 2015

AVENIDA DEL MAR



Por este calidoscopio
─mapamundis comprimido─
pasa una dispar pasarela
ante este banco de diseño;
a mis espaldas canturrea
el rumor del agua de unos surtidores
y por delante se pasea Babel
con todos los acentos y etnologías.

Se acerca el atardecer;
ya no es la luz rabiosa, sino atenuada;
todavía el día ofrece una dispar visión
de gente que sube de la playa
con pocos bártulos y el bañador
dejando un cerco húmedo
sobre la bata o camiseta que dibuja
el boceto anatómico farragoso.

Otros salen del parking ligeros, pero
ostensiblemente de fiesta:
algunos brillos, exagerados tacones
sobre elevadas plataformas. Dorados,
plateados, lentejuelas…  y todos
regresarán ajados y con cefaleas
digestivas y otros extremos al amanecer.
En la espesura, una mixtura de mirones
y exhibidores se contemplan recíprocamente
sin minucioso ni pegajoso interés.

La Avenida del Mar es una agitación
de la mirada y una retrospectiva por donde,
al tiempo, se goza el ayer, mi ayer de niño,
y mi hoy de las diversidades asimétricas.

8 comentarios:

  1. Eres buen observador amigo y como todo poeta siempre llega la lírica para esbozar los sentimientos. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Antonio. Gracias por pasar, leer y dejar constancia de ello.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Nos dejas una visión minuciosamente detallada de todo lo que tus ojos ven desde ese banco donde tu cuerpo descansa, mientas obserbas el ir y vener por esas avenidas de la vida.
    No sé porque antes no veía tus publicaciones, al menos haora las veo, hasta cuando? ya veremos.
    Un abrazo
    Ambar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si no ves mis publicaciones, Ambar, no te pierdes gran cosa; pero te agradezco mucho que me arropes.
      Besos.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Pues a mí me gustaría contemplar la belleza de Amapola Azzul, y luego describirla en cada uno de sus extremos: su sonrisa, su mirada, su forma de caminar, su calidez...
      Besos.

      Eliminar
  4. Esa Avenida del Mar, es realmente simbólica...Nos muestra el ir y venir de la vida, como una vieja caravana, su apariencia, su brillo, su ruído, su luz y su sombra...Tus ojos permanecen fijos, quietos, expectantes...Conscientes de ese paso del tiempo, que a todos nos va cambiando...Ahí está la lucha entre la memoria y el olvido.
    Mi abrazo de luz y mi cariño.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué grande eres, María Jesús, qué grande! No hablo de tu grandeza física, sino de la grandeza de tu corazón. Mi agradecimiento eterno.
      Besos.

      Eliminar