17 marzo 2019

TODA LA MEMORIA

Estos espigones dieron una protección a las playas de Marbella que la naturaleza no siempre conserva. Después de que fueran construidos y vividos sus efectos fueron levantados y ahora un gran movimiento ciudadano, entre los que me encuentro, los añora y pide que sean repuestos.

Toda la memoria cabe en una mirada,
toda ella en un breve entornar los ojos
o en un soslayo por el retrovisor de los días
y recordar a mis hijos en una de las recoletas
ensenadas al cobijo de los espigones.
Allí nadan sus primeros gozos
y se agazapan las viejas sombras
de mis recuerdos, los atardeceres plácidos
y la bandada de velas como gaviotas al viento
que se hacían a la mar para regresar al amanecer
con un incierto número de cajas de sardinas
como plata azulada que cubrían con nieve
—hielo picado—
para prolongar la existencia.
Mi presente de indicativo revive y goza
de aquel faenar ajeno, del gozo de mis hijos
jugando en el rebalaje. En esas mismas arenas,
─cuando las hay─
aún se dibujan las velas latinas
difuminándose en la lontananza
y en la apetencia propia y multitudinaria
el revivir de aquellos espigones.

5 comentarios:

  1. Nada comparable a lo vivido en esos años en los que crecemos y formamos nuestra identidad.
    Un abrazo, Paco.

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  2. Buen día, Francisco: rememorar es vivir de nuevo, en este caso, entre la nostalgia e impotencia. Quedémonos con el breve encanto de días de miel. Te abrazo con cariño, Maritxé.🤗🌹

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  3. Muy bueno ese primer verso para inicuar un poema que lo merece.
    Con tu permiso me lo guardo y algún día volverá a ver la luz entre mis papeles.
    Un abrazo.

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  4. El retrovisor de los días nos permite unir todos los tiempos en este presente y sentir que, la vida nos necesita para seguir dando latido a su poesía interna y misteriosa, Francisco.
    Mi felicitación y mi abrazo.

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  5. Maravillosa descripción donde priman los recuerdos de días amorosamente vividos. Beso

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