27 marzo 2011

TIEMPOS DIFÍCILES

Marisa sabía que los próximos serían los setenta y nueve años, pero no sabía si llegaría a cumplirlos ni dónde; en todo caso no los celebraría. La encontré en un banco del parque. Ni esperaba ni la esperaban. Yo estaba al cuidado de mi nieto que correteaba de acá para allá y hacía amistades o alianzas de juegos con otros niños. Estaba llorosa. Cuando me decidí a preguntarle si necesitaba ayuda rompió en un mar de lágrimas y le ofrecí mi pañuelo, pero sacó uno que llevaba alojado bajo la manga de su brazo izquierdo. Se secó y tardó un poco en serenarse.


“Hace tres meses”. Tomó aire y volvió a sonarse. “Hace tres meses que murió mi marido y uno de mis hijos me está reclamando la herencia de su padre”. Volvió a llorar. Busqué con la mirada a mi nieto y no lo veía; me volví y lo vi correr con otros chiquillos. “Sólo teníamos la casa donde vivo, esa que compramos mi Ramiro y yo con tanto esfuerzo y tanto sacrificio.” ¿No tenían ustedes testamento? –le pregunté como dándolo por hecho- “No, nuestro único afán fue trabajar”. ¿Y escrituras? ¿Tienen escrituras? “La tenemos, sí señor, pero dice que él no tiene que esperar a que yo muera para recibir lo que le corresponde de su padre. Este niño mío nunca fue así. Es el pequeño de los cinco, pero se casó con una mala pécora…” Señora, él tampoco mira muy bien por usted; podría frenar las ambiciones de su mujer y dejar que usted termine sus días en paz. “Pues eso es lo que quiero. Yo aún me manejo bien, ¿sabes usted? Vivo sola, pero me apaño todavía”. No puede forzarla, señora, usted podrá quedarse en su casa mientras viva. “Sí, ya se, pero mi casa ahora es un infierno; dice el hijo de mi vecina, que trabaja de no sé qué en una notaría, que no pueden echarme, pero yo tampoco quiero vivir en un infierno” ¿Y qué piensa hacer usted? “Con la paguita que me ha quedado no me alcanza para irme a una residencia, pero si vendiera la casa podría hacer lo que quiere mi Antonio; me quedaría con mi mitad, repartiría el resto entre mis hijos a partes iguales y me iría a una residencia”. ¿Y qué dicen sus otros hijos? “Que por ellos no, pero si yo creo que voy a estar mejor en una residencia, pues que yo misma. Son muy buenos; ellos no quieren darme ningún disgusto y entran por todas”.

Hace un mes que me encontré con Marisa en el parque y no he vuelto a verla. No sé si por la no coincidencia, porque ha conseguido vender su casa y repartir el dinero entre su jauría de hijos o porque se ha muerto de los disgustos. Por fortuna yo sólo tengo una heredera única y hace un año se vinieron a vivir conmigo cuando él perdió el trabajo y no podían seguir pagando el alquiler. Por otra parte, no les viene mal que yo me ocupe de pagar la luz, el agua y los demás recibos, además de ayudar en lo que puedo para la comida. Son tiempos difíciles.

19 comentarios:

  1. retrato que hoy por desgracia esta al día, esta asturiana te manda un besin muy grande y te desea ¡¡¡ feliz domingo¡¡¡.

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  2. Son tiempos difíciles, pero la mala y la buena gente es la misma, la de épocas buenas y la de épocas malas. Aquí hay una muestra de cada.
    Un saludo.

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  3. Uf, hay cada drama por ahí!
    A mí me da una pena que suceda todo esto...

    El egoísmo también hace piña con los malos tiempos, y la falta de empatía, y la frialdad, y el desarraigo familiar en algunos casos. No sé... Me ha dejado triste esta historia.

    Un abrazo!
    ;)

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  4. Es algo que también tengo oído, reparto de algo que es el refugio de la vejez sin reparar en el daño irreparable que se hace en los últimos momentos de una vida que ha dado todo a sus hijos. ¿Se han perdido los valores? En tiempos difíciles se tendría que hacer piña failiar y no convertirse en buitres.besos

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  5. Qué pena de hijo. Cómo le irá a él cuando sus hijos sean mayores? Le pagarán con la misma moneda?.
    Aunque son tiempos difíciles el amor y cariño se demuestra como lo que haces tú.
    Diferencias de criterios y amores.
    Besos

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  6. No he podido evitar que salgan unas lágrimas de mis ojos. Supongo que estar viviendo en primera persona cómo pretenden echar a mi padre de su vida para ocuparla me hace especialmente sensible.

    Un beso

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  7. Amigo Francisco:

    Los "Cuervos" y los "Buitres" están en todos los tiempos, los difíciles y los venturosos.

    El único consuelo que tengo es que de ellos aprenden los suyos a ser los siguientes "Cuervos" y "Buitres". Y es que la mala ralea se reproduce vertiginosamente.

    Saludos tristes.

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  8. Con el tiempo, estos hijos serán medidos por los suyos con el mismo rasero.
    Saludos

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  9. Tristes historias las de las herencias que separan familias. Todo por un dinero que una vez obtenido muchas veces malgastan sin pensar que el precio que tuvieron que pagar para conseguirlo es perder el amor de los suyos.
    Saludos.

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  10. Muy difíciles, sí, dolorosomante difíciles. Y la misma crisis económicoas provoca crisis familiares como la descrita por tí. Lo último que se me ocurriría, por muy mal que esté, es forzar a mis padres, que se han sacrificado, luchado, trabajado y dejarse los huesos por mí. No todo el mundo piensa igual, ni se rodean de las mejores personas posibles. Un abrazo.

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  11. Tristes historias que hacen que las familias se rompan.
    Mi padre nos decía a mi hermana y a mí:"No quisiera que os peleaseis por lo que no tenemos" y lo tuvimos muy presente cuando murieron.
    Feliz semana

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  12. Son historias de vida que escuchamos a diario; decimos eso no puede ocurrir, pero si, ocurren y solo pedimos que no nos ocurra a nosotros.

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  13. ¡Que profundo pesar debe sentir una madre ( o un padre ) en una situación así.
    Pero tendrá hijos ese "HIJO"? Si los tiene ¡QUE PONGA LAS BARBAS EN REMOJO! La cadena sigue como empieza.
    Porque creo que hoy tu historia es real ¿o me equivoco?
    Un fuerte abrazo.

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  14. Si que son tiempos difíciles y no me parece mal la actitud de esta buena mujer. Vivir en el este infierno, con este dolor debe ser terrible. Total somos un poco egosístas. Cada vez hay menos conciencia de todos llegaremos a esta edad o a la alternativa que es peor. Triste pelearse por un trocito de ladrillo a repartir y menos con una madre.
    Un beso

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  15. Casos como el de Marisa por desgracia abundan. El otro que cuentas es un ejemplo de la solidaridad que más de uno debería aplicarse.
    Un abrazo.

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  16. Historias que se repiten con más frecuencia de lo que creemos.

    Saludos.

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  17. ¡Feliz domingo a todos y un saludo especial a Emilio, Lupe, Seisito, Marisa... a los últimos en llegar a esta orilla, y por supuesto a los ciento dos que ya somos!
    Tengo que decir que se trata de una historia real, donde mi única aportación ha sido transcribirla con nombres supuestos y una circunstancia personal que no es tal, sino escuchada de madrugada en la radio.
    Me congratula que todos hayáis sentido repulsa ante esta situación.

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  18. Mal está desentenderse de los padres, pero exprimirlos y dejarlos en la calle...
    Creo que una buena solución a ese tema es el hacer testamento, aunque no sé cómo está el asunto de las legítimas en el estado. En Navarra se puede dejar heredero de todo al cónyuge y la legítima se salda con una fórmula tradicional: dejando a quien se sienta heredero "cinco sueldos febles o carlines y un robo de tierra en los montes comunes". Como os podéis figurar eso significa NADA, pero no queda nadie desheredado. A esto se le llama "legítima navarra".
    Hay que decir que si no hay testamento, aquí en Navarra el cónyuge no es el heredero sino los hijos, pero sí es heredero fiduciario hasta su muerte, es decir que disfruta de todos los bienes aunque no pueda disponer de ellos.
    Saludos

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  19. Es triste, pero existe.
    Es el egoísmo a que ha llegado el hombre, que ni tan siquiera respeta y ama a sus padres, triste, muy triste. Pero también digo que se quiere cuando un padre no demuestra el Amor de múltiples formas a su mujer. Algunos ni tan siquiera quieren dejar las cosas en condiciones de cara a su esposa y por eso luego ocurren estas situaciones. O a la inversa. Y estoy hablando de familias únicas, sin doble matrimonios o convivencia de por medio.
    Un abrazo Francisco, que nunca nos veamos en esta situación.

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