28 enero 2025

TENGO ESA LUZ

 


                                Fotografía de Antonio Jesús Rueda Pérez


Tengo esa luz áurea memorizada

en mis infantiles meninges,

ese atardecer dorado de tantos días,

como lastimeros o quizás heridos,

antes de ser sombra tupida

y sellarse en noche plegada.


Desde este mismo punto,

pero también más al levante

o más próximo a esos montes

que serenos y pardos le acompañan

en su declive, cuando la mar se derrama.


Al frente el Atlas, un poco más escorado,

en medio de la mar, el Peñón

y su injusta verja divisoria, aunque franqueable.


En la penumbra de lo inmediato,

una caña enhiesta, un aparejo en tensión

y el tesón del paciente pescador

que invierte tolerante espera, tras cada lance,

y dormita el tiempo en la musicalidad salobre.


Tengo esta luz, y también sus variables,

en la memoria indeformable de mis recuerdos,

y acudo a ella de forma reiterativa

cada vez que la nostalgia se hace densa

y me saca sin el menor esfuerzo de mi presente.

2 comentarios:

  1. Esa luz permanece en la memoria cuando la sensibilidad del poeta vive con intensidad ese instante, que es único e irrrepetible, no sólo por la belleza, también por la hondura sentimental que deja en el alma...
    Mi abrazo admirado, Francisco.

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    Respuestas
    1. Se trata de un paisaje que entro en mí en la infancia, María Jesús, y que me conmueve cada vez que lo veo.
      Un abrazo.

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