10 julio 2020

TRAS EL CRISTAL




Cae un sol de justicia, el niño absorto
se asoma a la calle y oye el silencio.
No se aplicó lo suficiente
y el verano es un purgatorio insufrible
peleando con los libros de texto.

Se asoma de nuevo
y sigue sin ver a nadie. Imagina
a sus compañeros de curso en la playa
y la arena le ciega sus ojos.
Entona la mirada. Lagrimea de nuevo
y se restriega con el envés
de su mano derecha.

¡A merendar! ¡Voy, mamá!

Una tregua. Un respiro con sabor a chocolate
y volverá a los libros que no manejó
con la frecuencia debida
durante el curso.

Se asoma de nuevo y observa
la fuga del tiempo cuando cae la tarde:
la vida asecha constantemente
mientras el tiempo está en fuga;
vuelve a los libros y se promete
─una vez más─
que cambiará mañana.

16 comentarios:

  1. Hola Francisco. Qué bonito y tierno. Tocas todos los palos de la humanidad y cada uno de ellos te sale muy bien. Eres un gran poeta. :-) Mi admiración.
    Abrazos

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  2. Lo difícil es cambiar hoy; lo fácil, hacerlo "mañana". Buen fin de semana.

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    1. Es verdad, Antorelo, que el presente siempre se nos hace más cuesta arriba.
      Un abrazo.

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  3. No hizo a su tiempo los deberes y ahora toca cumplir las obligaciones que antes no se hizo.

    Nunca hay que desterrar de la educación, la ley del esfuerzo.

    Besos

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    1. La ley del esfuerzo es más importante en la formación de una persona que todas las leyes físicas.
      Un beso, Antonia.

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  4. Me ha recordado a mi misma que también pasé un verano estudiando para recuperar en septiembre dos asignaturas suspendidas ( matemáticas y física)... y lo logré.Saludos

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    1. Muy bien Charo. No somos perfectos, pero si sabemos rectificar es que sabemos desenvolvernos.
      Un abrazo.

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  5. A ver si poco a poco va a prendiendo que su falta de aplicación durante el curso le trae consecuencias que no le gustarán nada.

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    1. La vida es un camino de aprendizaje, aunque es cierto que unos lo aprovechan mejor que otros.
      Un abrazo.

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  6. " mañana ayunará Juan" que diría mi madre.

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