12 julio 2020

RÍO ALMADÁN




Río Almadán, hoy soterrado,
que en el antiguo curso
fuiste fluir de corriente generosa
o caudal mínimo
con el que no perder el nombre
en el estío.

Bajo el inmenso eucaliptus,
las lavanderas restregando los lunes
su denodado esfuerzo. Ahí,
ahí mi madre arrodillada,
encorvada sobre el agua fría
y yo jugando a echar barquitos de papel
que no llegarían a la mar,
como tampoco estas letras mías
serán trascendentes ni emotivas,
salvo para seguir la estela
de este otro barquito de papel
que desaparecerá bajo el puente
sin continuidad ni futuro.

10 comentarios:

  1. Francisco, si tu mente guarda el recuerdo de tu madre lavando en el río...Tus letras se guardan en la memoria del universo para la eternidad. Esa fe y esa esperanza no hay que perderla, amigo. Ahí nos dejas el sentimiento, que trasciende siempre.
    Mi abrazo de domingo y mi ánimo.

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    1. Solemos amar más a lo que ya no está disponible, pero el fuego del amor de una madre no se extingue jamás. Gracias ahora y siempre, María Jesús.
      Un delicado abrazo.

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  2. No me gusta notarte triste, Francisco.
    Seguramente es que yo también lo estoy.
    Abrazos de corazón.

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    1. No es propiamente tristeza, sino añoranza. Siempre recuerdo a mi madre y muy especialmente cuando me encuentro en esta tierra. Entonces la veo, la siento en cada recuerdo y en cada uno se sus esfuerzos.
      Un fuerte abrazo.

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  3. Recuerdos, señales de lo vivido y eso es un privilegio.
    Un abrazo.

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  4. Me encanta el tema, y cómo lo tratas, desde una visión filosófica, poniendo hincapié en lo efímero de nuestra existencia, de nuestras creaciones, esfuerzos, etc... al lado de la corriente que parece casi eterna en su fluir y seguro llegará al mar.
    Pero tu poesía llega al alma de los lectores, nuestro pequeño mar individual. No lo dudes.

    Mi admiración, poeta :)

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    1. Me encanta cómo lees, Maite, y te lo agradezco en el corazón.

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  5. Bonito poema a ese río que te trae gratos recuerdos.Saludos

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