02 mayo 2020

ME DUELEN LOS VIVOS




Me duelen los vivos,
los vivos amenazados,
esa escandalosa cifra impronunciable
que ha sido desarmada
como consecuencia de esta pandemia,
sin saber ni cómo ni cuándo
recuperarán el camino de vuelta.

Me duelen esos inquilinos
amenazados de ser lanzados a la calle
y el sumatorio de recibos
que contabilizan en el debe.
¿Cómo hacer frente al día a día
arrastrando el saldo negativo anterior?

En los medios y en las redes sociales
se discute si galgos o podencos;
mientras ellos, los últimos de la fila,
con la penosa costumbre de comer cada día,
siempre pensando en lo mismo.

Claro que me duelen los muertos,
en especial haberles dejado sin funeral;
pero al menos ellos han acabado
todas sus necesidades
y gozan para siempre donde mana leche y miel.

¿Y los menesterosos? ¿Y ese aluvión
millonario que ha perdido su salario
quedando a expensas de la misericordia?
Quienes han hecho el tránsito hacia la Estigia,
hayan pagado o no el óbolo,
duermen en paz para siempre, pero
¿cómo quedarse dormidos cuando suena el órgano
en las tripas propias y en la de los hijos?

10 comentarios:

  1. La cuestión es, Paco, que muchos de esos muertos se deben a que hay muchos "vivos".

    Un abrazo.

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  2. Así es Paco, a mí no sé ya lo que me duele. Un fuerte abrazo.

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  3. A mí me duelen todos: Los vivos, los muertos y hasta yo me duelo.

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  4. Imposible quedarse dormido ante tanto dolor.Saludos

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  5. Esta es la gran verdad que nos queda después del virus, Francisco. La crisis económica que nos duele y nos vamos a sentir responsables todos,porque Caritas no va a poder con tantos.
    Mi abrazo y mi cariño.

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  6. Hola Francisco, es mi primera vez que ando por acá y me resultó muy interesante. Leí tu poema y realmente es así, preocupa esta situación en la el mundo cayó sin estar preparado.
    Con mucho gusto te sigo y te dejo mi link. Saludo, Pat
    https://entrelosrincones.blogspot.com

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  7. Ni galgos ni podencos. Un cruel trampantojo de la "sociedad" donde "vivimos".

    Anna

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  8. Cuanto dolor amigo Francisco, por los muertos y por los vivos que agonizan no por el virus sino de hambre y sed. Un poema tan real como lo que estamos viviendo. Saludos.

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  9. Más que nunca, solidaridad.
    Las secuelas son muy profundas.
    Un abrazo fuerte.

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