02 diciembre 2018

ENSAYO




Eran las siete de la tarde, todavía
faltaban varias horas para la apertura
y un gran silencio se vio interrumpido
por la aguda y nostálgica melodía
de un clarinete. La osada intérprete
era una joven bajita y agraciada,
sin dudas poco versada en copas nocturnas,
aunque la música le salía del alma
como un quebranto meditado.
Tras un largo minuto en solitario,
la batería comenzó a subrayar sus agudos
con sugerentes redobles. Así, tras otro
Indeterminado espacio de tiempo,
se sumó al diálogo un saxo
con verdadero deseo de conversar
y convencer. En el ambiente, fuego,
pasión incontenible que se traducía
en notas musicales. De repente,
ella para con gesto ostensible de enfado
y pronuncia un rotundo ¡No!
Los otros músicos aprueban el rechazo
y de inmediato retoman el ensayo.

2 comentarios:

  1. Y mil veces más. Hay que ensayar hasta que todo encaje y los músicos ni se adelanten ni se atrasen. Ir a tiempo, como dicen en este mundillo. Casi siempre señalan al batería como causante del lío, porque va marcando el ritmo como un metrónomo.
    Un abrazo, Paco.

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    Respuestas
    1. El tiempo, el compás, es el nudo gordiano de la música. Gracias, Cayetano, por tu presencia.

      Un abrazo.

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