24 agosto 2014

ESPETOS



Lo más sencillo, lo más
abundante de la mar,
ensartadas en una caña
y al rescoldo cálido
de las brasas,
han convertido su humildad
en soberbio plato típico
a lo largo de la costa malagueña.

Ya no son sardinas;
cuando están en su punto
son plata dorada
que el orfebre espetero
hace a la vista de todo
y sirve como estrella numerosa
de la gastronomía playera.

Las estrellas de Michelin
no aprecian la vulgaridad
de este suculento plato,
pero las estrellas del cielo
se relamen y hacen la ola
cuando les llega el aroma
y centellean por no poder
catarlas.

Si en lo sencillo
se encierra lo más grande,
en el espeto se concentra
toda la grandeza del mar.

12 comentarios:

  1. Nunca las he comido, de ninguna forma porque no soy amiga de los pescados. Pero después de leer tu canto a las sardinas "plata dorada" tal vez si las probaría ..¿Quién no se rendiría ante tus versos, españolito ? Apapachos. . ...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es de extrañar que siendo de tierra adentro no te guste el pescado, pero es un alimento tan rico en proteínas como la carne, más fácil de digerir y con otras grasas no dañinas, sino beneficiosas para el organismo humano. Cuando vengas a España, descubrirás cosas maravillosas...
      Apapachos.

      Eliminar
  2. Hola Francisco, sera el plato mas sencillo y no le dan las estrellas Michelín, ellos se lo pierden, pero es una de las cosas mas ricas que podamos comer, buen poema que le dedicas y una pena no poder estar allí y comerlas:)

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estuvimos viviendo en la preciosa Málaga bastante tiempo. Los espetos son un manjar exquisito. Soliamos degustarlos, frecuentemente en "El Cabra", víviamos en el Paseo Marítimo, una delicia, delante sólo teníamos a la mar...

      Gracias por traerme tan entrañables y sabrosos recuerdos...

      Un abrazo.

      Mari Carmen.

      Eliminar
    2. Gracias, Piruja, estás invitada. El único problema de las sardinas es que conviene comerlas en la playa que es donde están más ricas, y de paso dejamos allí los olores. Por ciertos, la eliminar el olor de las manos, ni jabón, ni detergente, ni limón, lavarse las manos con agua del mar: él las cría y él se queda con lo que nos molesta.
      Besos pirujos.

      Eliminar
    3. ¡Cómo me alegra que vengas a darme la razón! Sin intenciones de hacer patria chica, en ningún lugar se comen las sardinas tan ricas como en Málaga. Me alegro haberte traído tan grato recuerdo.
      Besos.

      Eliminar
  3. La sabiduría popular, tan milenaria y sensata, ha sabido arrimar el ascua a su sardina, nunca mejor dicho.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Cayetano, pero sin egoísmo, sin quemarlas para dorarlas al calor y no abrasarlas al fuego.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Francisco, fíjate si lo describes bien que he empezado a salivar y hasta creo que me llega el olorcillo ... ¡Qué buenos unos espetos en la playa, al atardecer!!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Aquí si que me has pillado por la gastronomía. Me encantan y siempre que voy por esos lares los disfruto a tope.
    Las estrellas de Michelin no aprecian la vulgaridad de este suculento plato, y ni falta que hace, lo estropearían.
    Bss

    ResponderEliminar
  6. Jajaja. Eres especial, Katy, única. Me alegra que te gusten y las disfrutes.
    Besos.

    ResponderEliminar