Quiero sacar de ti
tu mejor versión,
el néctar que te imprime carácter
y te da ese halo de dulzura,
que te corona
y te hace singular e irrefutable.
Tus ojos quieren decirme sí,
pero el rictus de tu boca
pronuncia un rotundo
y silente no
que me devuelve al punto de partida.
Tu negativa y mi deseo,
un choque violento,
dos fragmentos
que no llegan a unificarse.
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