07 noviembre 2020

MONOGRAFÍA DE LA ALMOHADA



En mi infancia, las almohadas eran de lana,

pero en el cine vi desplumarse alguna

como mi abuela desvestía las gallinas

antes de meterlas al puchero.

 

También las había de borra,

pero no dejan de ser matices de calidad,

ya que ambas servían para soñar.

Luego llegó la modernidad

y abandonamos la fibra natural

cambiándola por gomaespuma,

que ni tiene goma ni espuma.

 

Ahora tengo una de viscoelástica

y sigo añorando la lana

como se añora el sabor de un buen queso

o un pata negra mismamente.

 

Hay almohadas de ensueño,

donde la brevedad de una siesta

te puede transportar al Olimpo

o al mismísimo harén de un sultán.

 

Las hay de vigilia, de amargas

y penosas noches interminables;

también las hay de pesadillas,

esas que se encadenan

a la perpetuidad de una noche interminable.

 

Las más temibles son las húmedas,

aquellas que empapan en silencio

y a oscuras los padecimientos y las angustias;

las más deseadas son las compartidas,

pero estas suelen venir

acompañadas o no de la suerte

y del sacrificio de someterse al confort del otro.

21 comentarios:

  1. Sí, a veces es dura como la piedra, como la de la canción, cuando la noche se vuelve interminable.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Imagino que tenemos experiencia comunes, Cayetano, aunque por fortuna no de todas las noches.
      Un abrazo.

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  2. Cualquier almohada es buena si te hace reconciliarte con el sueño, si no lo hace, ¡¡maldita almohada!!

    Un abrazo.

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    1. Efectivamente es así, Emilio. No se trata de las cualidades de la almohada sino de la calidad del sueño.
      Un abrazo.

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  3. Terribles esas almohadas húmedas, terribles.
    Algo tan cotidiano como es la almohada tú lo conviertes en grande con tu poesía que la has llamado monografía pero bien podía ser una Oda o no ?
    Feliz fin de semana y un abrazo.

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    1. En verdad es un juego, Chelo, aunque como bien dices encaja como oda, solo que he querido darle un énfasis impropio.
      Un abrazo.

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  4. Todo con el tiempo va evolucionando.

    Algunos de esos colchones de lana he visto en la cas de mi abuela y era una incomodidad hacer la cama con ellos.

    Besos

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    1. Es cierto, Antonia, y en pos de la comodidad hemos abandonado lo natural por lo artificial. En otro tiempo hacían las madres o las abuelas los colchones; ahora hay que comprarlo ya hecho.
      Besos.

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  5. No puedo con el viscolatex, la mía es de pura lana.
    Alguna ventaja tenía que tener.

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    1. Pues te felicito, Tracy. Yo tengo una cervical por necesidad, pero no llego a acostumbrarme a ella.
      Un abrazo.

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  6. Recuerdo esas almohadas y colchones de lana en casa de mis padres siendo niña y que cada año había que llamar al colchonero para sacarla, varear la lana para luego volverla a meter el el colchón y coserlo...demasiado trabajo que gracias a Dios pasó a la historia.De momento mi almohada es húmeda pero tengo la esperanza de que volverá a ser la almohada relajante de antes después de un tiempo ya que este lo cura todo.Saludos

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    1. Ojalá muy pronto me digas que tu almohada ha dejado de ser húmeda. Así lo deseo y así lo pido para ti.
      Un abrazo.

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  7. Ayyyyyyyy Francisco su poema me ha dejado pensando.
    Esa monografía de almohada realmente es impresionante. Cuanto puede guardar entre sus fibras, nuestros amores, nuestros silencios, nuestros llantos y desdichas, nuestras esperas, los momentos sublimes de amor.. Un poema que lo tiene TODO. Le deseo un fin de semana precioso, con salud y disfrutable.

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    1. Y también un confidente, Eli. Tienes muchas virtudes y sabe mucho de nosotros.
      Un abrazo.

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  8. Hola Francisco. Muy buena entrada. Yo también dormí en almohada de lana y colchón. Recuerdo que mi abuela le daba palos para hacerlo más mullido.
    Lo más importante es compartir una buena almohada y sentirse confortables en ella.
    Abrazos

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    1. Todos venimos de un mismo origen, Isa, pero creo que hemos cambiado el confort por la comodidad.
      Un fuerte abrazo.

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  9. Genial, lo que dan de sí las almohadas bajo tu talento...
    Me has hecho sonreír un montón, y vaya final... ja, ja, ja.
    Muy bueno!
    Feliz finde :)

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    1. Sin dudas hay un guiño de humor y también de realidad desde el título. Gracias, muchas gracias, Maite.
      Un fuerte abrazo.

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  10. Buen poema amigo Francisco. Yo hasta el momento busco una almohada con la cual pueda tener bellos sueños ya que frecuentemente tengo pesadillas terribles. Saludos.

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    1. Fuera pesadillas, Sandra, nada malo debe ni puede ocurrirle a una bella persona, tal y como te imagino.
      Un fuerte abrazo.

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  11. Pues sí que las describes muy bien, tengo una de plumas pero me resultan más cómodas las de espuma que no de goma... y mis sueños, hay de todo en la almohada de la señora, una gran soñadora en color y todo. Me divierto mucho soñando aunque a veces me acuerdo y otras no. Buenos sueños amigo!

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