12 octubre 2018

ERA EL COMIENZO DEL OTOÑO





Era el comienzo del otoño,
cuando la granada se abre impaciente
por mostrar sus dientes rojos
como boca sedienta de labios apasionados.

No nació entonces, pero sí despertó
como del bostezo de una bella durmiente
agotando todos los plazos.

Era rubia. Sus cabellos como tirador
de cerveza con incontinencia burbujeante
y muy generoso. Como la espuma,
─rizos y bucles en cascada─
dorada por el sol tenue de la tarde.

En su boca se citaba la concentración
de toda su fuerza inmanente,
el manantial donde se electrizaba
mi sed y mi deseo.

Era, como ahora, comienzos del otoño,
la alfombra de hojas todavía
no se había esparcido por el suelo,
pero ella caminaba con paso mullido
como quien lo hace por alfombra de nudos,
esos que se ataban a mi garganta.

4 comentarios:

  1. Muy visual tu poema, con esos tonos amarillentos, marrones y rojizos, donde una mujer se integra en el colorido del paisaje de otoño.
    Un abrazo, Paco.

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  2. Despertó en otoño, como el bostezo de una bella durmiente...Y el príncipe estaba ahí para sentir que, era el comienzo del amor, que cada otoño volvería a renovarse...Realmente hermoso, puede leerse entre lineas que forma parte de tu vida, Francisco.
    Mi abrazo y feliz fin de semana.

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    1. Si no de mi vida de mis sentimientos, María Jesús. Ya sabes que el poeta, como autor, es un fingidor.

      Un fuerte abrazo.

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