22 noviembre 2017

LA MAR HABÍA SIDO UN PAISAJE





La mar había sido un paisaje desde la azotea antes de mis diez años; un lienzo azul con irisaciones, bajo el a veces inmaculado cielo, separados por una imaginaria línea horizontal como hasta entonces no había sido capaz de trazar. Desde la casa paterna, a veces se apreciaba la silueta de un mercante que se me antojaba parsimonioso, como recreándose en su propia estela; más raramente un velero como aquellos de las aventuras de “El Cachorro” que solía devorar. El día del examen de ingreso descubrí algo más mágico que el notable de la prueba: los pies descalzos, las sandalias en las manos y las olas en el rebalaje que escarbaban mis pies como invitándome a disfrutar el baño. Un leve mareo. Una fuerte atracción de la que nunca más me volvería a desprender. El Instituto proyectaba su sombra de tres plantas sobre la arena y la desierta playa del curso escolar era con frecuencia el recreo de los sentidos y el lugar de los juegos. A escasos metros, el Muelle de Piedra, dársena abierta sobre la que aventurar algún remojón por caída y la captura de algún cangrejo y su escapatoria lateral. La mar incólume, grandiosa, en constante movimiento aun en los días de calma, órgano gigantesco de afinación salina y música sugerente de otras latitudes. Al fondo a la derecha, la enhiesta silueta del Peñón de Gibraltar, frontera incomprensible y fuente del estraperlo con el que tantos solventaron sus vidas bordeando la legalidad por el pan de cada día. En los días de luz absoluta, la cordillera del Atlas como telón de fondo delineando frontera. Y aquí, en el rebalaje, un número indeterminado de sardinales, varadas bajo el sol, esperando el atardecer para desplegar su vela latina en busca del número de brazas necesarias donde fondear las redes y sacarle las escamas de plata al seno marino, manjar de moragas y materia prima del saladero. La mar había sido un paisaje desde la azotea, ahora era fuente de vida y de riqueza modesta y duramente trabajada.

14 comentarios:

  1. La mar había sido un paisaje la mar de entretenido. Una pantalla gigante de cine.
    Un abrazo, Miquel.

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    1. Desde la casa de mis padres, en Ojén, la mar está a unos 4 Km en línea recta. Está rodeado de montañas por todos lados salvo al sur que da a la mar, una pantalla gigante que no se olvida, Cayetano.

      Un abrazo.

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  2. Esos paisajes quedan granados para siempre: la casa paterna, el colegio, el camino... la mar.

    Por el solar trasero de la casa de mis padres se podía llegar hasta orilla del río, el río sigue pasando, pero el solar ahora está construido.

    Un abrazo.

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    1. Tienes razón, Rafael, la infancia es una constante en nuestras vida para siempre.

      Un abrazo.

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  3. Seguramente , cuando marchastes de allí, al asomarte al balcón o terraza,echarias de menos esas vistas del mar. No sabes como disfruto cuando en verano voy a la playa ver a ese mar con tan sólo salir a sentarme en la terraza del apartamento.

    Besos

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    1. Cierto, el mar siempre se echa de menos como panorámica y música.

      Besos.

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  4. Recuerdos que están ahí y que de vez en cuando hay que sacarlos a la luz, hay que recordar que también fuimos niños.

    Un abrazo.

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    1. A veces surten sin que uno lo haya buscado, como de manera espontánea.

      Un abrazo.

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  5. Descubrí algo más mágico que un sobresaliente paisaje. Algo summa cum laude. Una fuerte con(e)moción de la que nunca más me volvería a desprender.

    Un abrazo apaisajado

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    1. ¡Qué grande tu suerte, Merche! Sin dudas un gran hallazgo.

      ¡Venga ese abrazo de ahí!

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  6. Hablas del mar como paisaje, fuente de
    vida, música sugerente y de la fuerte atracción que te causó.
    El mar, es un gran seductor. Mi primer encuentro con el mar me quedo subyugada para los restos de mis días.

    Abrazo salado. Lirio del valle.

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    1. Tus comentarios son como un valle cuajado de lirios que me seducen; por ellos te quedo muy agradecido.

      Un fuerte abrazo.

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  7. Qué suerte la mía, de poder saturar mis sentidos de tal perspectiva versada exterior e interior, del recuerdo de un poeta.
    Un abrazo.

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    1. La suerte es mía por tenerte tan cerca desde tan lejos.

      Un fuerte abrazo

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