09 septiembre 2015

LE HE GRITADO VEN



Silencio.
Le he gritado ven,
pero se hace remisa, no responde;
no la encuentro, no sé dónde
habrá puesto su aposento.

Arrecia el viento
haciendo música entre las ramas
─bien que lo siento─
y se multiplican los ecos
en cada uno de sus flecos:
hay hierba pisada,
hay hierba mojada,
hay hierba hollada;
no está en el oscuro hoyo,
ni en el verde cogollo;
no está en la cima del risco,
ni en el vértigo del aprisco…

Hay una flor tronchada
que parece un mustio lucero
en mitad del sendero;
me acuerdo de sus ojos,
de sus muy bellos ojos,
me despisto y no veo el camino
mohíno que va al molino.

De nuevo el silencio, el ulular
de los verdes pinos y su constante acicular
como carrozas de nubes grises:
cortejo silente
que le da mordiente de húmedo relente;
en el barranco, el ronco fluir del río,
como el pensamiento mío,
frío, frío, muy frío.

Silencio.
Le he gritado ven,
pero hay días que se ofuscan las palabras
en los recodos del cerebro
haciendo un quiebro.

Silencio.

2 comentarios:

  1. Bellísimos y estremecedores versos.
    Acontecimientos de mi vida reciente los hacen encajar en realidades tristes de ausencias definitivas que dejan tras si el silencio y flores tronchadas, y hermosos ojos cerrados.
    Si personalmente te afecta el quiebro, el silencio...
    Para ti mi más afectuoso abrazo.

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  2. Qué preciosos versos Francisco ! Me dan un poquito de pena y de nostalgia.
    Cuántas veces encontramos sólo silencio a nuestro llamado.
    Suele darse cuando la vida nos duele .
    Te dejo mi admiración y mi cariño de siempre
    Apapachos.

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