20 marzo 2010

EL IVA QUE VIENE

Entre mis escasas habilidades no se encuentra la destreza en los entresijos de la economía, así que para hacerme idea de su significado todo acabo solucionándolo en términos domésticos, aderezado con una pizca de sentido común. Por eso, ante un desequilibrio del debiera haber para llegar a fin de mes, se me ocurre o aumentar los ingresos o reducir los gastos; el endeudamiento sólo me lo planteo para casos extraordinarios e inaplazables, si es que me lo conceden las entidades de crédito.

El gobierno ha propuesto y el legislativo ha ratificado por escaso margen una subida del IVA a partir del segundo semestre de este año, lo que quiere decir que ha decidido que seamos todos los ciudadanos quienes ayudemos al Estado a aumentar los ingresos, para equilibrar -así lo justifican- el desajuste económico. ¿Es esta la única medida que podía tomar el gobierno? Si nos fijamos en el voto de los que se opusieron, y por distintas razones, no. El voto mayoritario de los que se han opuesto se decanta por la reducción de gastos, y el de algunos otros porque no recaiga el esfuerzo sobre la totalidad, sino sobre el bolsillo de los que más tienen. En mi condición de jubilado, ante un planteamiento similar, -traduciéndolo al ámbito que mejor puedo comprender- sólo me queda optar por reducir lo que me resta de suntuario y equilibrar de este modo la balanza familiar.

Para algunos, las políticas sociales son una forma obscena de alimentar vagos a costa de aquellos que más se esfuerzan y contribuyen con sus impuestos, y es que el brillo del dinero viene a ser como un destello que deslumbra e impide ver más allá de los propios intereses. Cuentan que un rico judío fue a pedir consejo al rabino y éste le hizo asomarse a la venta, luego le preguntó qué veía, y contentó: gentes; entonces le hizo que se asomara al espejo y su respuesta fue: a mí mismo. El rabino le dijo: ambos son cristales, pero el del espejo está tratado con plata, y cuando hay plata de por medio dejamos de apreciar a los demás.

Creo que no podemos convertirnos en un país de subsidiados, porque el éxito de una persona y por ende de la sociedad está en el esfuerzo de cada uno de sus individuos. Un mal ejemplo de lo que digo son las ayudas europeas a la agricultura, que sólo han servido, en la mayoría de los casos, para vivir de éstas sin necesidad de plantar, con lo que no sólo se ha perdido la oportunidad de modernizar el campo, sino millares de jornales para los que sólo tienen los brazos. Desde mi atalaya de Cáritas no tengo oportunidad de saber demasiado de los que tienen espejo y se miran en él, pero sí de los que a veces no tienen ni cristal en sus ventanas o ni siquiera ventana porque la han perdido. Por eso me atrevo a decir que me parece injusto que a estos pobres les venga a repercutir la subida del IVA de igual forma que a aquellos que aguardan tiempos favorables para la inversión más rentable y segura.

No niego la necesidad del gobierno de incrementar la disponibilidad económica, aunque seguramente se podrían hacer numerosos recortes de gastos prescindibles, tampoco le niego la buena disposición en dar cierta protección a los que nada tienen, pero con la medida adoptada de que paguemos todos a escote, no me queda más remedio que mostrarme en desacuerdo. Cuando Jesucristo vio a la pobre viuda echar dos reales al arca del Tesoro dijo que era esa pobre mujer quien más había aportado a las ofrendas, porque había echado de lo que necesitaba. Imagino que ahora se estará diciendo: estos siguen siendo duros de cerviz, no aprenderán nunca.

2 comentarios:

  1. Gracias por tu buen artículo, me gusta pues sintetiza todo(menos lo del "redondeo" que se nos viene encima y que serán miles y miles de millones de céntimos que pagaremos y que se repartirán.. quiénes ? servirán también para contribuir a las atenciones sociles ?).

    Por otro lado, dices que fue aprobado por el ejecutivo por escaso margen, no fue así, habrás querido decir el legislativo. Este pequeño lapsus, me hace sugerirte otro tema: ¿por qué el Gobierno unas veces necesita "el consenso" y otras no ?.. si quieres te abundo sobre este asunto. En cualquier caso gracias por tu IVA y tu dedicación en "atenderme" (soy un pesado).

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  2. Efectivamente Joaquín, quería decir legislativo. En cuanto a los redondeos creo que está bien explícito por tu parte y no es necesario abundar en ello. Por otra parte, ya sabes que nunca trato de abordar todos los extremos, ya que si así lo pretendiera sé que me dejaría algunos flecos que serían actos fallidos.

    En cuanto al por qué unas veces el ejecutivo necesita el apoyo del legislativo y otras no, aquí no es espacio suficiente para pormenores, pero tiene que ver con la Constitución y el rango de las leyes.

    Gracias por todo.

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