21 enero 2015

MI ESTANCIA



Mi estancia es un otoño púrpura
con irisaciones grises;
la brisa mueve las hilaturas
de nuestras fiebres
con música ósea y quejumbrosa,
pero de su boca destilan jugosos
dos gajos de mandarina
que invitan al banquete.

La mano poderosa ha descorrido
los lánguidos tules y el sol
invita una vez más a la esperanza;
aunque juega al escondite
y sigue rindiéndose
a las resistencias opacas.

Lámpara para mis ojos
es su mirada: faro, guía;
desde mi otoño y el suyo
─nuestra estación presente─
bendigo el lejano día
que se electrizaron nuestras miradas
y se amalgamaron nuestras singladuras
en la ósmosis de la unicidad.

20 comentarios:

  1. Toda una declaración de amor eterno

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    1. Así debe ser el amor, con vocación de eternidad. Muchas gracias.
      Un beso.

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  2. Su mirada una lámpara para tus ojos, pero qué expresiones más bellas utilizas amigo Francisco, leerte es un placer.

    Un beso.

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  3. Hola Francisco, que esa lampara siga alumbrándote a ti y también a ella. La mirada tierna, bondadosa, feliz y llena de paz es lo que nos invita a segur viviendo y disfrutando del día a día.
    A seguir tomando muchos gajos de mandarina que tiene mucha vitamina c para prevenir los constipados.
    Saludos y abrazos

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    1. Gracias. Isa, por tus palabras. Tú también sabes mucho de esas miradas limpias y luminosas. Un abrazo a Antonio.
      Besos.

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  4. Este es un poema, de esos de leer despacio, muy despacio para encontrar así toda su esencia. Un otoño donde el naranja brilla aún...
    Abrazos compañero de letras.

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    1. Sabes, Ángeles, que esos poemas que precisan relecturas son los más enjundiosos. No siempre salen, pero te agradezco que este lo leas de ese modo.
      Besos.

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  5. Precioso ! Para leer y volver a leer.
    muero por esa mandarina. ¡me gustan muchísimo !
    "Mi infancia es un otoño púrpura "... una preciosura !...
    apapachos.

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    1. Gracias, María del Carmen. Tengo una especial predilección por las naranjas y las mandarinas; me recuerdan la huerta de mi abuelo, donde las recolectaba del árbol y allí mismo las comía... Ha pasado el tiempo, pero el otoño es la ocasión propicia para recordar, antes de que el invierno congele las ideas y emborrones los colores.
      Apapachos.

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    1. Gracias, Amapola, te deseo esa misma luminosidad para ti.
      Besos.

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  7. Hermoso poema Francisco, es muy edificante recordar y bendecir,ese día en que se electrizaron nuestras miradas
    y se amalgamaron nuestras singladuras
    en la ósmosis de la unicidad.
    Sed felices.
    Un abrazo

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    1. 42 años de matrimonio, más otros 6 largos de novios son toda una vida. Yo bendigo el día de aquel primer encuentro que me llevó a los siguientes y me ha traído al día de hoy.
      Un cálido abrazo.

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  8. Me gusta eso de las miradas que se electrizan.
    Abrazo!

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    1. Después de aquella mirada recíproca, a pesar de sus 16 años, quise vivir para siempre bajo esa luz.
      Dos besos.

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  9. El pasado se fue, el futuro no llegó... Disfrutemos mientras el presente que se nos ofrece como esa fruta madura.
    Un saludo.

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    1. Tienes razón, Cayetano. Lo que vivo es el presente que viene desde aquellos instantes remotos. Si las miradas no se actualizan cada día, se ponen añejas.
      Un abrazo.

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  10. Qué bonito lo escribes, nos cuentas tus despertares al nuevo día, los achaques que no nos dejan...Y la mirada de tu amada, sus ojos, tu faro...
    !Precioso¡ Ederra!
    Muxutxuak
    ;)

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