05 junio 2025

SI PUDIERA

 




Si el hombre pudiera amar

a sus semejantes

según nos propuso el hijo del Carpintero,

sería tan tan grande

como el más humilde

de todas las criaturas de la tierra.


Sería como una nube, como parasol

que se interpone y salva

de la insolación incruenta,

como una fuente que nunca deja de manar

y nunca se agota,

como pan candeal

que se parte y reparte,

que se parte comparte y sacia.


Sería como lumbre de cálida acogida

con la que fundir la soledad

y también los miedos,

como almohada sobre la que soñar

y olvidar las penurias,

como jergón mullido y cálido

donde descansar y soñar la bonanza

con ráfagas de venturas,

como brazos que se abren y acogen,

al tiempo que colman de esperanza.


Si el hombre pudiera amar

a sus semejantes,

estaría desde aquí gozando

de la anhelada meta.

4 comentarios:

  1. culpo al libre albedrio y que el cachuo siempre metió la cola, y nos tienta a desviarnos del camino, al final todos somos frágiles

    saludos!

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    1. Ciertamente frágiles, Carlos, y también cegados por nuestro YO que no nos deja ver nada más.
      Un abrazo.

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  2. El hombre está muy centrado en el materialismo, Francisco...Esta o estamos muy pegaditos a la tierra y no miramos al cielo...el tiempo, el estress, vivir la vida y los placeres son los únicos proyectos de futuro...La vida espiritual y los valores humanos faltan y eso impide solidarizarnos con los demás y recordar las lecciones del MAESTRO...
    Mi abrazo y mi cariño, amigo poeta.

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    1. Algo le falta a nuestra vida cuando nos olvidamos del otro, María Jesús.
      Un cariñoso abrazo.

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