A la sombra del durazno
pasa la vida mientras crece la hierba,
se aprieta el grano
y la granada revienta de impaciencia.
En cada surco una esperanza
con el bisel de la ilusión.
En cada cambio atmosférico,
una amenaza que acongoja.
Y así los días, enterrando esfuerzos,
escardando las malezas que nos zarandean
y binando la esperanza
con la que poder alimentar
cuerpo y espíritu.
A la sombra del durazno-vida vamos todos...quitando malezas y alimentando esperanzas para seguir adelante...Buena metáfora, Francisco. La naturaleza está ahí, como maestra y madre, siempre alentándonos.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz domindo.
Y con la metáfora, María Jesús, mi padre y mi abuelo moviendo la cabeza afirmativamente.
EliminarUn cariñoso abrazo.