Cuando velo, ¿todos velan?
Cuando duermo, ¿todos duermen?
¿Comen todos o ayunan algunos?
¿Quienes ayunan lo hacen por estética?
Se cae el sol por el desfiladero del poniente
como cada atardecer, a veces rojizo,
y la penumbra me urge
insistentemente al recogimiento:
una cena frugal y a la cama,
un rato de lectura y a dormir hasta el alba.
A veces se me atrinchera un pensamiento
y me desvelo en horas interminables.
Por lo común hechos vibrantes
con filo de diestro cuchillo matarife.
Sucesos que no he vivido en mis carnes,
pero que me ha mostrado el telediario
o me han descrito las lecturas.
Aunque trato de darle el valor de la ficción,
a veces es un rastrillo que araña por dentro
y deja surcos abierto como úlceras.
Es como una mala mar delirante
cuyos embates me mueven los cimientos.
Y pregunto a la voz que me jalea,
¿qué tengo yo que ver contigo?
¿Por qué me agitas
en la placidez de mi descanso
con este fuego inextinguible que me abrasa?
Cuando miro hacia un lado o hacia atrás,
¿todos están mirando en la misma dirección?
Somos todos y por eso nos acordamos de los demás...Cuando hay sufrimiento a nuestro alrededor nos duele y es normal que así sea...Los valores humanos han de estar siempre presentes...
ResponderEliminarMi abrazo siempre, amigo poeta.