Un regreso a la infancia,
a mis distantes días de infancia;
no a las cavernas sino a la oscuridad
de un incidente misterioso e inesperado.
Desde el tiempo de la IA
un brinco temporal atrás y bien considerable
a la oscuridad del ayer,
cuando el hogar era el centro neurálgico
de todas las viviendas y de la vida misma.
En torno a la lumbre, el todo:
esa multiplicidad de cosas hoy esenciales
que entonces eran, acaso,
fruto potencial en desarrollo.
De repente, el río y la acequia
es un lagrimal reseco que ha dejado de fluir
por incapacidad de escalar,
dejando afónica a la lavadora
en la marginalidad del abandono;
el frigorífico y el congelador
se han tomado un tiempo de asueto,
con la esperanza de no llegar a mayores;
la plancha sestea este calor primaveral
y la vitrocerámica se quedó embelesada
y sin constantes vitales.
No parece que regresemos a las cavernas,
pero en esta sobremesa desangelada
uno le ha tomado el pulso a la fragilidad
de las deslumbrantes tecnologías
y a vivir con los escasos medios al alcance
en el primitivismo de las cosas manuales.
El apagón trajo algo bueno para el que queria mirar hacia arriba cuando se hizo la noche, el cielo estaba expectacular con tantas estrellas.
ResponderEliminarSaludos
Fue un regreso a la naturaleza, tras prescindir por la fuerza de lo creado por el hombre, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Con tanta tecnología y no ha servido para detectar ese posible fallo. mucho me temo que puede ocurrir de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por mucho esmero que pongan un fallo siempre es posible, pero no tengo dudas de que harán todo lo posible por evitarlo.
EliminarUn abrazo Antonia.
El apagón nos hizo reflexionar a todos sobre nuestra fragilidad tecnológica y la grandeza y fortaleza de la naturaleza, que siempre está ahí, en retaguardia, para darnos su aliento, su alimento y su belleza,,,Nada es en vano y nos ha servido a todos para espabilar, porque todo es posible, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz mes de mayo.
Muchísimas gracias, María Jesús. Nos hemos distanciado de la naturaleza, pero no hay nada infalible que salga de las manos del hombre.
EliminarUn abrazo muy entrañable.