16 junio 2025

ANEGADO DE DUDAS

 




Llegué ante tu plenitud

cuando más radiante era tu destello,

cuando la sombra, en su timidez,

se ocultaba debajo de los pies

y el confort era pleno desamparo.


Del bosque de tus ojos

nació un manto de acogida,

como brazo en socorro de un naufrago,

que sin saber cómo es subido a bordo.

Fui alcanzado, palpado, cobijado…


De repente, el agobio se hizo fiesta

y de la luz de tu mirada

unas notas alegres

alborozaron mi desmedido desplomo.


Aquel sofoco era ahora escalofrío,

incredulidad, patria, misterio,

y me rendí en silencio

a ser clavado en el espejo de tu mirada

con el corazón anegado de dudas.

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