Yo fui, un retoño en primavera,
una ilusión, una esperanza,
un proyecto más,
un desarrollo a trancas y barrancas
que se abría paso
por entre la maleza y la aridez,
mirándome
en el humilde retrovisor del hogar.
“Hay que salir de aquí. Esto,
esto es lo que hay”.
Me subí a la coda de los días
con dócil voluntad
y algo de empeño.
No llegué a ser luz,
pero no caminé a oscuras;
en la medianía, afianzado,
pasaron los días.
No llegué a ser antorcha,
ni mucho menos bengala o luminaria,
pero vislumbré el camino.
En la mansedumbre de los días,
con viento a favor
y otros en contra,
aquí estoy,
en la bocana del puerto.
Lo importante es haber llegado pese a las dificultades. Un poema para pensar. Saludos
ResponderEliminarEs importante llegar y también el curso seguido, Charo.
EliminarUn abrazo.