31 agosto 2013

CANCIÓN SIN PARTITURA

Tiene por música el rumor del río,
el cantarín descenso del agua
que ni siquiera recuerda
el repiqueteo alegre de la lluvia.


Tiene por techo la bóveda del cielo,
a veces espejado y otras turbio
y siempre incógnito como buen desconocido
canturrea el día a día
y nunca entona el día por llegar;
se acuna con hambre,
se sacia con vino;
no duerme a pierna suelta
ni tampoco lo hace solo, pues se abriga de frío
y en la caja de caudales sin cerrojos ni puerta
guarda el tesoro de sus despojos;
en noches de luna llena
baila al derroche lumínico
y cuenta el rebaño de las ovejas del cielo
hasta quedar rendido tras perder la cuenta.

No hay plaza libre en el albergue;
tampoco Cristo encontró posada
mas igualmente se siente rey,
monarca de su libertad y de sí mismo.

30 agosto 2013

CANCIÓN NUBLADA

Alargó la noche hasta sus fronteras
y las hizo limítrofes con la nada,
pero era la mañana quien despertaba
perezosa y teñida de sombras,
tanto que ni siquiera se desperezaba.

En su estómago, el vacío
y la nostalgia triste de las copas alegres
ahora con sones gástricos
y ácidos corrosivos
que le desdibujaban la mirada
y le martilleaba la sien
con la insistencia selvática
de un tantán urbano y afónico.


El tintineo de la lluvia en los cristales
eran redobles acuáticos y marciales
y las sábanas arremolinadas
y sudorosas el escondrijo de pesadillas
de traducción imposibles...

Metió el despertador en un cajón
de la mesilla y se encajonó
de nuevo en los cangilones del sueño
con la dulce esperanza
de que amainara en su cabeza la tormenta
de esa canción llamada resaca.

29 agosto 2013

SIRIA

NO A LA GUERRA


LA PAZ PARA SIRIA 
Y PARA TODOS LOS PUEBLOS

28 agosto 2013

CANCIÓN DE AMOR




                                                                         Amor más poderoso que la vida
                                                                         J. G. DE BIEDMA

Como frío que abrasa,
como fuego que solidifica
en el abrazo líquido de este amor
o en el deseo de hacerlo real
y se derrite entre tus brazos
ferruginosos a los míos;
entre el jugo de tu boca
y el juego reseco de mi mente,
la sed sempiterna que me aqueja;
como enfermo incurable
que desahuciado se rinde al tránsito,
así, así es el abismo,
así la distancia imposible
de mi mano en tu mano,
de mi brazo enlazado a tu cintura
y de mi boca soñando tu aliento
y la apetencia de ser devorado
como me devoran los compases
de estos minutos de cárcel
impaciente de espera.

Lejos de ti, la vida es una muerte
parsimoniosamente letal y lenta.

Quiero comer el pan de tu boca
regurgitado de tu probatura,
beber los hilos de platino
que destilan tus besos
y mesar la mies de tu cabeza de trigo.

Quiero morir en tus brazos
para no sobrevivirte,
acunar tus sueños en la plasticidad
de mis manos artesanas
y yacer de éxtasis en nuestra melodía
porque sólo el son que susurras
es la música que sueño y espero.

Tú eres mi patria;
tus contornos son mi frontera.

27 agosto 2013

CANCIÓN EFÍMERA

Quiso vestirse de sol
y salió del cubil donde se atrincheraba del frío,
alguien le tendió un capote
con el que lidiar la desventura,
pero nunca tuvo miedo al agua
y alfombró de ruan el camino
para no marchar sus zapatos granates de lodo.


La lluvia empapó su cuerpo
y le nació una guirnalda de nenúfares
por entre las piernas
que le escaló por encima de la cintura
y se hizo penacho al encaramarse en  la cabeza.

Iba entonando salmodias
con las que encomendarse,
pero al poco su canto fue mortecino
y subrayado con redobles de toses
que poco después fueron afónicas
y más tarde agónicas.

Quiso escapar del frío,
pero la persiana de agua tenía al sol atrincherado
tras una cortina de alpaca bruñida de luna
y ni siquiera proyectó una sombra alargada
yaciendo bajo el escondrijo de su cuerpo:

canción breve, canción leve.

26 agosto 2013

CANCIÓN DE LOS DOS HEMISFERIOS

Cuando es verano en Sevilla
y la calle es un hervidero,
y el asfalto es la caldera de Pedro Botero
con el manómetro a punto de estallar;
cuando el aire parece un despoblado de asfixia
que hace soñar con el averno;
                entonces, precisamente entonces,
Corrientes es una cárcel de carámbanos
donde ha quedado apresado el tibio rubor
de la sangre, congelada en el sueño
de unos leños que arden en la lumbre
tratando de devolver la vida correntina
a quien cree perecer en la supervivencia.


Y de esta guisa, yo con calor, tú con frío;
yo galopando el día y tú amazona de la noche.

Todo ello a un tiempo, a un mismo tiempo,
cara y envés de dos mitades contrapuestas:
una al sol que hiere, la otra al sol añorado,
una en la escala de los números incinerados,
otra en la de los amoratados de piel gélida.
Norte y sur. Sur y norte de una realidad
que nos unifica con seis meses de distancia,
al son de un pentagrama no escrito
que la naturaleza ha memorizado
e interpreta de oído con maestría rítmica,
siempre en persecución, por siempre en pos.

25 agosto 2013

CANCIÓN ETERNA


Tengo una música enquistada
en el oído interno
que me acuna con compases
de otro tiempo,
de un tiempo antiguo
con vocación de eternidad;
música fidelísima
con la que bailo los encuentros
y también las demoras,
una canción eterna
con la que nos encadenamos
y nos descuadernamos,
para construirnos día a día
hasta que la muerte
siembre de silencio o nostalgia
a aquel que sobreviva.
En el más allá,
—si es que la música es audible—
ella nos abrazará por la cintura
y nos reconoceremos en el encuentro.

24 agosto 2013

TODA LA VIDA

Toda la vida intentando conocerme
y no me reconozco;
saber la respuesta en cada circunstancia
y vivir este largo historial
de errores sobre el que me he montado,
ese andamiaje que llaman experiencia
hecha a base de descalabros y suturas.


Toda la vida
los mismos tropiezos con otros mimbres,
las mismas figuras contrahechas
con las que acaudalaba lo vivido
y nuevamente errores encadenados
a cada paso,
a cada nuevo acontecer.

Toda la vida
buscando el lubricante adecuado
para cada encuentro
y siempre me sorprendes
con un nuevo enunciado
que me estrella de bruces
en el estadio anterior, y me pregunto...

¿Cómo resolverlo?

AÚN PUEDO REPETIRLA

Escena de una representación teatral. El loco de la escoba po bandera soy yo.

A Enrique Vázquez, Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos

Aún puedo repetirla, todavía puedo
recitar la lista por los apellidos,
si bien se me escapan algunos nombres
que los arrastró el tiempo en su huida
a falta de ser pronunciados:
Agüera Dominguez,
Alarcón Jiménez,
Beltrán Jiménez,
Borrachero González,
Castellano Alarcón,
Cuevas Garrido,
Espada Villarrubia...

Identidades que guardan todas ellas
relación con catetos e hipotenusa,
con ángulos agudos, rectos y obtusos,
con sales, ácidos y bases, matraz y probeta,
con cadenas montañosas y cauces fluviales,
con la tabla periódica
o con la cristalización del cuarzo
y la lista de los reyes Godos.

Luego vino la diáspora,
las especialidades, los trabajos,
la geografía vivida fuera de los libros
y la utilidad de los verbos irregulares
hasta despertar en la vida de adultos
agobiados de responsabilidades
y el norte puesto en cruzar las propias fronteras,
ensanchar la mirada y crear una familia.

Aún puedo repetirla, pero hace ya tantos años...

23 agosto 2013

RAYUELA




A petición de María del Carmen Nazer, prosa que debiera ser poética

Siempre me he sentido pequeño, y, precisamente esa insignificancia es la que me acerca a mi yo con una precisión fuera de toda duda. Fui creciendo y fui descubriendo el agigantamiento de otros, al tiempo que emborronaba verbos como el cantero talla sillares para una nueva edificación, y rompía, y valoraba, y garabateaba nuevos intentos que siempre me parecían menores. De cuando en vez, algún suspirillo lírico con el que entusiasmar a los poco versados y a los comprados con la sangre o el afecto.

Fue en los años 70, cuando el fuego lector, el sorprendente encuentro con el realismo mágico, con la fantástica fantasía hispanoamericana: García Márquez, Sábato, Vargas Llosa, Miguel Ángel Asturias, Borges, Bioy Casares, Carpentier, Cortázar...     Rayuela fue para mí un deslumbramiento, una baraja de naipes de aquellos del tarot de la literatura a la carta, una magia en mis manos con la que convertirme en editor de mi propio orden de lectura y siempre con un prodigioso resultado dejándome llevar por los vericuetos de mi propio capricho descubridor.

Nací en una familia modesta donde la supervivencia era todo un reto más o menos garantizado por un huerto frondoso donde el abuelo tenía una economía de subsistencia y nunca nos faltó el pan. Con una instrucción media para la época, empecé a trabajar en una de las dos salidas profesionales del Marbella de los 60 que ojalá las siguieran siendo hoy. La hostelería es una manera de viajar desde un punto fijo: uno se planta en la recepción de un hotel y es el mundo el que rota sobre ti y te muestra acentos, costumbres y culturas.

Nunca me llamaron la atención la frecuente vacuidad de los artistas y me mostré más cercano e interesado por los literatos, esos gentilhombres de las contraportadas de los libros o semidioses de creadores de mundos inexistentes. Recuerdo con fidelidad la dedicatoria de Miguel Ángel Asturias en El señor presidente, en edición de bolsillo: “Con mis dos manos amigas”. Esa fue la primera joya, el primer tesoro venido a mis manos de las de aquel hombretón, corpulento, de rasgos precolombinos y voz campanuda y templada. En aquella etapa de mi vida laboral yo era un conserje de hotel, un hombre de Las Llaves de Oro que ponía mi pasión en el trabajo y mi deleite en las lecturas robadas al tiempo del transporte y los regates a la televisión.

Ya en los 80 había dejado la fiebre de aquella tertulia literaria semanal en un viejo café madrileño y estaba centrado en el trabajo y la familia. Pero un día, un compañero que sabía de mis devaneos con las letras me llamó para advertirme de la reserva hecha por la Editorial Alfaguara a nombre de Julio Cortázar. Antonio era muy bromista y no le presté demasiada atención, pero al día siguiente, con todo mi asombro, la contraportada de Bestiario o de Todos los fuegos el fuego, con su erre silbante y arrastrada, su sonido porteño edulcorado en París, me solicitaba la llave de su habitación. No pude más que mencionar su nombre con la entrega y quedarme estupefacto mirándole desde mi pequeñez a su esbelta estatura de hombre y creador, mientras se alejaba camino del ascensor.

Esa noche, al llegar a casa, me puse a golpear mi vieja Olivetti haciendo correcciones de última hora a un borrador de cuento escrito meses antes, donde precisamente Cortázar era el personaje central del mismo y un camarero que jugaba a literato le dejaba, como por olvido, un cuento en la bandeja del desayuno. Apenas había dormido. Corregir los errores en la máquina de escribir era mucho más laborioso que lo que hoy hacemos con el ordenador. Me presenté al trabajo cargando con todos los texto que de él tenía en casa; el trabajo de aquel día fue todo un frenesí de espera hasta que le tuve de nuevo al otro lado del mostrador. Con la llave, sin necesidad de que me recordara su número de habitación, le entregué los ocho o diez libros de su autoría, más aquellos folios cosidos con una grapa que con tanta precipitación iluminé la noche anterior de la mejor manera posible. Se mostró sorprendido y admirado por los muchos libros que le entregué a firmar, se retiró hacia el ascensor, con sus largos y oscilantes pasos, algo cansinos, y esbozando una sonrisa.


A la mañana siguiente, mi estado era como el de una novia que espera enjoyada los últimos preparativos antes asirse al brazo del padrino. “Aquí tiene, —me dijo soltando los libros y la llave sobre el mostrador—, tiene usted casi todos mis libros, pero le falta este que vine a presentar a Madrid”. Y entregándomelo me apretó la mano y, como por descuido, me dijo: “su cuento es muy interesante”. Aquello debió ser en 1983. Ya tenía cara de no mucha salud y falleció en París meses más tarde. En mi cuento, el camarero protagonista, cuando regresó a la habitación a recoger la bandeja del desayuno, encontró los folios grasientos de mantequilla y con un manchurrón de mermelada. El cuento que le entregué debió llevárselo o hacerlo desaparecer fuera del establecimiento, tal vez en una papelera de la calle Alcalá; no estaba en la habitación ni tampoco en el cubo de la basura.

22 agosto 2013

NOSTALGIA DE UN TIEMPO PAUSADO


Nostalgia de un tiempo pausado
no es el deseo de desandar
los caminos transitados hasta hoy
para instalarme en un pretérito imposible,
como quien a contracorriente
llega hasta el denuedo esforzándose
sin poder avanzar río arriba;
es degustar el sabor de lo apacible
de aquel reloj violentado
por los mecanismos de la mecanización
y la virtualidad de estos tiempos
tecnológicos, donde todo es añejo,
antigualla obsoleta desde el momento mismo
del alumbramiento. Me lo pido;
me pido un reloj de espiral,
un mecanismo de cuerda, que falle
y me permita caminar al paso
en lugar de asfixiarme con este  tremendo trote,
tras perderle el rastro al dolce far niente

21 agosto 2013

VALS DEL ANOCHECER


A Juan Carrero, quien me ha sugerido el tema al regalarme la fotografía

Enmudece la tarde;
mientras, el sol se occidentaliza
con su traje tejido al bies de sombras doradas;
silencian los pajaros sus sonoros aleteos
y la brisa hace acordes en los filamentos
lanceolados de las agujas del pinar.
La playa es un desploblado
donde antes bullían las desnudeces contenidas
y las gaviotas recuperan sus viejos dominios
de las arenas con estridente gorjeos
y estruendosos batir de alas;
es la hora de la rebusca:
las aves escudriñan nuestros descuidos
y banquetean las valvas de la bajamar;
el diapasón de un patrón de pesca
afina instrumentos camino del caladero,
la noche es inminente
y el silencio subraya las pinceladas
ocres con las que el Hacedor nos regala
este momento irrepetible.
A lo lejos  —pura sombra—
dos enamorados se envuelven en la capa opaca
del anonimato con deletreos de arrumacos,
mientras la batuta del agua,
en su cadencia de olas nacaradas,
pronuncia su melódico ritmo.
En el talud, la arena en las estacas,
silba un allegro que se eterniza
y el firmamento traza una raya indeleble
antes de quedar afónica por la noche cerrada.
Un tractor, allá al fondo, peina las arenas
con sonido de contrabajo
enmarcando los compases alegres
de metales y maderas en apoteosis.
Ya es noche cerrada,
el adagio es susurro sugerente
y al agudizarse el viento, la orquesta
trota impetuosa por entre la partitura del anochecer
un allegro molto vivace.

20 agosto 2013

DEPENDENCIA

Silencio; distancia y eco
de voces apagadas me llevan
a meditar por esta subordinación
que se me ha hecho ley
en las fibras y los fluidos de mi cuerpo,
dependencia
que combato alimentando el fuego
con más y más leños
de viejas y nuevas heridas suturadas.


Me siento a la sombra de una higuera frondosa
y descubro la música de los grillos
en su abaniqueo tan peculiar,
el compás armonioso del viento,
el sequedal al otro lado del borde
del vuelo de tu falda,
y la suave caricia de palpar
lo que alimenta y acaricia
el nutriente de tu voz amartillada
en mi subconsciente.

Canta un mirlo en su banquete de higos frescos,
declina el sol y la sombra es ahora apaisada
como tu congelada sonrisa en mi memoria;
en la distancia, un labriego se afana
e imagino el sudor amargo y dulce de esperanza
apostada en el esfuerzo.
Será;
seguramente será un día cosecha
lo que hoy sueña el labriego,
como fruto selecto es
la dependencia que te ti atesoro en mi silo
para alimentar esta hambruna sempiterna.

19 agosto 2013

DEL INFINITO A CERO

Diez días de frenética actividad,
de delirante pálpito vital
donde el júbilo fue regado
con algunas lágrimas
y con el gozoso bullicio
de esas dos pequeñas vidas
surgidas de las nuestras.

Conté que se instalaban pintores
y a fe que es ahora cuando
la casa necesitas manos ágiles y enérgicas
que le devuelvan su estado y orden.


En mis nietos, el futuro, el presente y el pretérito
de lo que fueron mis hijos; todo
un desglose de tiempos:
en sus juegos la inocencia y la actividad delirante
al servicio sin descanso del disfrute.
Ahora, la casa, la piscina, las calles, los columpios
y yo, vivimos el abandono recogido en el recuerdo.
En cada habitación, en cada pasamanos,
en los cristales y espejos, las huellas menudas
y el rastro inequívoco de golosinas y juegos.

Sin ellos se ha desecado el agua del mar,
el viento ha arrastrado la arena de la playa
hacia un lugar ignoto; se han cerrados las flores,
ha enmudecido el jazmín y la dama de noche...

Se han marchado  los pintores, y con ellos
las hadas que habitaron estos diez días,
la magia que edulcoró los recovecos de mi vida
dejando en pos un sabor amargo del infinito a cero.

10 agosto 2013

UN NUEVO VERANO

Algunos —más bien muchos—, echan el cierre y hasta hacen una despedida formal con saludos y ceremonias, entre las que se entienden o sospechan promesas de un regreso que el calor hace dilatadas. Llegué al verano con muchos deseos de descansar, pero sin el propósito de hacer un rompimiento ostensible con los meses precedentes. Dejé detrás situaciones ajenas que bien merecerían el sacrificio de estar al pie del cañón y olvidarse de uno mismo, pero todo quedó organizado para las soñadas vacaciones y mi físico se puso exigente conmigo y hasta reivindicativo.

De esta guisa llegué a Marbella cargando con el portátil y con un “pincho” —pen drive—, que permite conectarme a la Red como en los tiempos remotos de las tecnologías. Sin proponérmelo ni saber explicar por qué, he estado presente cada día como si el deseo de comunicarme fuera un impulso superior al de la desconexión, lo que me ha hecho sentirme bien y encontrar respuestas numerosas a cada una de las entradas diarias. En verano baja el número de lectores, la actividad es menos frenética y el tiempo de ocio deja la suficiente fisura como para tejer un pequeño texto diario y hasta ahora así ha sido.


Pero han llegado a acomodarse en mi vida dos pintores que le dan un colorido tan ostensible al panorama que marcan un antes y un después de este tiempo vacacional, donde las lecturas y la reflexión ha venido a suplir las carencias en vida compartida y externa. Confieso que he echado mano de la memoria en la mayor parte de las ocasiones para contar lo contado, como si reviviera el pasado no lejano para hacer lo que el hoy no me permitía. Desde hoy todo ha cambiado: han llegado mis nietos y nada es igual que lo fue hasta ayer. Se han instalado en mis días apacibles dos enredadores que todo lo trastocan de color...  mejor dicho, de colorido, y hacen que sean cromáticos los días que fueran  desvaídos. Como consecuencia, mi presencia en el blog será la que pueda ser: ya saben todos por experiencia que cuando se instalan en casa dos pintores todo se trastoca y difícil resulta hasta encontrar las gafas o las zapatillas en medio del maremágnum. Desde hoy, Marbella viste un color especial.


No me olvido de nadie, en especial de aquellos quienes sus circunstancias requieren un acompañamiento cercano y continuado; tampoco me olvido de los que estos días llegan de manera esporádica porque ellos mismos están como a salto de mata entre el descanso y el ocio participativo. Menos aún de quienes por disposición geográfica viven el frío invernal y necesitarán un tanto del calorcito de algunas palabras de arrullo. En fin, amigos todos, que aquí sigo, siempre cercano, aunque por unos días no lo esté tan visible. Un fuerte abrazo.

09 agosto 2013

LA AVENIDA DEL MAR

Entre los 10 y los 15 años, este fue para mí el lugar de Marbella más visitado, pues en ese preciso enclave estaba el instituto donde comencé mi formación. Entonces se conocía como la Avenida, una serie de parterres dibujados por cenefas de aligustres, algunos árboles y numerosos rosales. Aunque ahora el espacio es el mismo, todo él se ha transfigurado: aparcamiento subterráneo, mármoles en el suelo, bancos, zonas ajardinadas y una decena de esculturas de Salvador Dalí que le da un aspecto único y muy singular.

Caballo con jinete tropezando

Don Quijote sentado

Elefante cósmico

Gala asomada a la ventana

Gala grávida

Hombre sobre delfin

Mercurio

Mujer desnuda subiendo la escalera

Perseo

Trajano a caballo

08 agosto 2013

MENTIRAS AFESTONADAS

Me hablas con las contra curvas,
recodos y recovecos
de no mirar de frente,
como si no supieras
conjugar la magnitud
de un vector en línea recta.


Como el burro a la noria,
—vuelta a vuelta, paso a paso—
sin prisa presa ni briosa brisa;
en los recodos de tu decir elíptico,
la vaciedad insulsa de no saber
del sabor salino, del sutil silencio
tras los festivos festines,
mientras festejas
con cretina creencia mi estúpido estadio.

En la estulticia de tu decir sinuoso,
la ciega ciénaga
de tus mentiras afestonadas.

07 agosto 2013

PROHIBIDO


Siempre anuncia;
los carteles siempre anuncian
y con frecuencia prohíben:
“Prohibido pisar el césped”;
me pregunto para qué lo siembran,
para qué una alfombra verde y mullida
que no puede pisarse,
sobre la que no se puede uno recostar;
una copa servida hasta el borde,
con su rodaja de limón,
que no se puede libar
para saciar la sed y la apetencia.
Es como un escote
o unas piernas desnudas al sol
para la mera contemplación
que invita a imaginar
por el mar de lo vedado:
“Coto de caza”,
y se pierde la vista
por entre las lomas
y los mares de encinas y almendros
con el anonimato de una propiedad
incógnita y egoísta
que guarda para sí
los bienes que la naturaleza
ha desperdigado con generosidad:
“Prohibido cantar”.
“Prohibido hablar con el conductor”.
Prohibido opinar”.
“Prohibido manifestarse”.
Y a mí me apetece rotular:
“Prohibido prohibir”.

06 agosto 2013

MARBELLA: AYER Y HOY

A María del Carmen Nazer, en pago de una promesa.


El tiempo pasa de forma desigual y hasta inversamente proporcional para las ciudades y las personas. Como muestra de ello, hoy os presento el ayer y hoy de buena parte de la ciudad de Marbella, en imágenes emparejadas de en dos de un mismo lugar.

Av. Antonio Belón

Av. Antonio Belón

Ayuntamiento

Ayuntamiento

Calle Ancha

Calla Ancha

Calle Carmen

Calle Carmen

Calle de los Remedios

Calle de los Remedios

Calle Hospital Bazán

Calle Hospital Bazán

Calle Nueva

Calle Nueva

Calle Peral

Calle Peral

Calle Portada

Calle Portada

Castillo

Castillo

Cortijo Miraflores

Cortijo Miraflores

Viejo Cuartel de la Guardia Civil
Lo que fuera Viejo Cuartel de la Guardia Civil

Faro de Marbella

Faro de Marbella y Paseo Marítimo

Hotel El Fuerte

Hotel El Fuerte

Paseo de la Alameda

Paseo de la Alameda

Puente de Málaga
Puente de Málaga