19 septiembre 2012

MERCADO DE IZMAILOVO


Nos habían advertido: “no compréis ningún regalo antes de visitar el Mercado de Izmailovo”. Se trata de un mercadillo al aire libre, cerca de la estación de metro de Partizanskaya, la estación dedicada a los partisanos. Antes de entrar propiamente en el mercadillo, nos encontramos con una veintena de puesto de venta de distintos tipos de miel; sobre el mostrador, enormes botes y por delante unos pequeños frascos con unas cucharitas de plástico para probar del gusto adecuado.

Para entrar en Izmailovo hay que pagar una entrada de tan solo diez rublos, si mal no recuerdo. Lo primero era reponer fuerzas. Llegamos con la hora marcada en el estómago y disfrutamos de unos pinchos de cordero riquísimos, asados en plena calle y servidos en unas mesas de madera con huellas remotas de muchos otros comensales.


Las calles, con tenderetes estables de madera, son una algarabía de gente y elementos muy diversos que invitan a la compra a los mejores precios de la ciudad. No es un mercadillo del regateo, como lo son otros, pero sí se negocian los precios, sobre todo cuando se compra más de una pieza. Tal vez el elemento más repetido sean las matrioskas, pero no se agota todo en las populares muñecas rusas, sino que se encuentran todo tipo de recuerdos, como camisetas con siglas de la extinta URSS o lemas de ardores pasados, el águila bicéfala del escudo de la ciudad, gorros paramilitares, ensartados por numerosos pin a  modo de condecoraciones, y otros contra el frío intenso; los hay sintéticos para ese turista que acabará arrinconándolo o tirándolo a la basura y otros de auténtica piel para el riguroso invierno que no se da por nuestras latitudes.


Entre las muchas curiosidades, podemos encontrar vestidos típicos hechos de no muy buena calidad, cristalerías, cerámicas, un mar de imanes para el frigorífico con la reproducción de una matrioska o un edificio simbólico, balalaikas, minerales con apariencia de piedras semipreciosas, artesanía en madera, cajas de ajedrez, reproducciones de carteles estalinistas, libros, iconos, un angelical ejército de iconos de muy diversas calidades. Los buenos, esos que más gustan, los que saltan a la vista desde lejos por su belleza son más caros, pero los hay al alcance de todos los bolsillos. Hay un par de calles dedicadas a la pintura, pero allí no me permitieron tomar ninguna fotografía. No se trata del paraíso de las compras, pero sí merece la pena conocer la singularidad de este mercado de los fines de semana.





















14 comentarios:

  1. Recuerdo perfectamente este mercado y que compramos alguna cosilla. Comimos de picnic en el parque cercano y además nos hizo un día espléndido. Un saludo desde mi mejana

    ResponderEliminar
  2. Me encantan los mercados al aire libre. Cuando voy a algún sitio me paso sin falta. Tenderetes de mil colores no traes hoy. Seguro que habéis encontrado lo que buscabais.
    Bss

    ResponderEliminar
  3. En nuestro vieje(año 2002) estuvimos en dos mercados especiales quiero recordar que éste es el que estaba bastante cerca del hotel, pero es curioso lo olvidado que tengo todo, entre tus fotos y las conversaciones con Javier consigo ir recordándolo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Bueno pues he estado en el mercadillo de Moscu. Muy original todo. Pobre zorrito o lobito ahí despellejado. Supongo que con ello se hacen los abrigos y gorros para poder aislarse del frio por esos lares.
    ¿Qué tendrán los mercadillos que gustan tanto.
    Saludos y un abrazo grande

    ResponderEliminar
  5. Muy curioso. Digno de visitar.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Francisco, el verano ha sido fructífero por lo que veo. Me alegro de tus alegrías y buenas experiencias. Solo pasaba a dejarte un abrazo!

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué bárbaro! Había que reservarse las compras del viaje hasta llegar a este mercadillo, Francisco. Más que mercadillo diríase zoco o gabinete de las maravillas... Una delicia de los sentidos, auqneu no sé si también del bolsillo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  8. Me encantan ese tipo de mercadillos. Supongo que los vendedores hablarán algo de inglés u otro idioma para entenderse con el turismo.
    Un abrazo y gracias por compartir la información.

    ResponderEliminar
  9. jijiii yo en ese mercadillo me pierdo... Me encantan todos los productos que exponen, me los compraría todos.

    Acá en Argentina, le decimos "mercado de pulgas".
    Besos, preciosas imágenes.

    ResponderEliminar
  10. Hola Francisco, un buen lugar para divertirse viendo tantas cosas bonitas y más si lo acompañamos con un buen bolsillo.
    Mi relato ocurrió de verdad en Brasil, yo lo he hecho un relato más de la vida de mis amados niños.
    Con ternura
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  11. Hola Francisco...amigo, este viaje por Moscú ha sido espléndido, lo he disfrutado mucho. Te cuento que en mi pueblo hay un mercado enorme, el más grande de Centroamérica y ahí encuentras hasta lo inimaginable. Gracias por compartir tus experiencias. Recibe un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Qué cosas tan bonitas y qué bien expuestas. Tus fotos: Estupendas al igual que tu relato. Los trajes preciosos, me recordó unos carnavales que me disfrací de bailarina rusa. Ellos tienen una variedad de danzas increíbles y son muy artísticas.
    Un abrazo grandote y gracias.

    ResponderEliminar