11 julio 2012

RAMITO DE JAZMINES


                                               “Mi propia profecía es mi memoria;
                                               la esperanza de ser lo que ya he sido”
                                                        J. M. CABALLERO BONALD


Uno no sabe hasta qué punto el olfato hace una huella profunda en la memoria hasta que sin saber cómo se ve sorprendido por un aroma que le retrotrae a estadios o circunstancias de otro tiempo. Algo de eso es lo que me sucede con el aroma a jazmines, tan del sur como yo mismo y de mucha mayor raigambre histórica que la mía.


Mi padre cuidaba un huerto cubierto en su mayoría de naranjos; por delante de él estaba también la huella del abuelo en el limonero, en el durazno, en la parra…  mi padre se hizo un experto en cítricos y esa fue durante algún tiempo su fuente de vida. En el huerto, una casita de aperos a dos aguas donde guardaba las herramientas, el maíz y otros granos destinados a la cría de animales; a todo el derredor de la casa, sembrado de plantas ornamentales, de donde ofrecer a mi madre continuos obsequios de su agrado. El jazmín llegó a tomar consistencia arbórea y trepaba por el lateral este encaramándose por encima del tejado si no le metía la tijera de podar. De esta planta, indefectiblemente cada tarde, a la caída del sol, regresaba a casa con un ramito de jazmines que le entregaba con una sonrisa a mi madre y sin más palabras. Ella lo tomaba y lo ponía en agua de forma inmediata.

La casa paterna en Ojén da a dos calles; junto a la ventada de la cocina, con la misma orientación que aquel viejo jazmín del huerto, un vástago de aquel mismo tronco se expande por la pared de la casa y aroma todo el vecindario. Cuando murió mi padre  —demasiado temprano para ser visitado por la parca—, fue ella quien tomó el relevo y le llevaba asiduamente un ramito de jazmines al cementerio o en su defecto se lo ponía en un jazminero delante de su fotografía.

No tengo un jazmín en mi casa por imposibilidad física, pero su aroma me resulta tan familiar que siempre me evoca  esa estampa de mi padre regresando de la faena agrícola, al caer la tarde, trayendo un ramito de jazmines a mi madre. Ahora, sin proponérmelo  —posiblemente con la esperanza de ser lo que ya he sido —, cuando voy a Ojén, de ese mismo jazmín de la ventana de mi madre, voy cortando tallos hasta formar un ramillete que le entrego a mi mujer y ella lo recibe con ese mismo agrado ancestral, lo pone en agua y lo coloca en un lugar preferente de la casa.

18 comentarios:

  1. Hay recuerdos que se quedan impregnados para siempre en la memoria, y basta con tener en frente algo que los simbolice, para que todo aquellos sabores, olores, texturas... vuelvan a sentirse nuevamente.

    Besos y aleteos.

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  2. Hola Paco, muy bonito lo que cuentas. Tienes razón, hay olores que nos evocan a tiempos pasados. Que con ese olor los recuerdos afloran y la memoria se despierta sobresaltada acunando lo vivido.

    Es muy bonito que tú ahora hagas lo mismo que hacía tu padre con tu madre. Seguro tu esposa está encantada de esos ramilletes de Jazmines.
    Mi compañero, en el huerto, plantó un jazmín que me regalaron, y está muy bonito. Me gusta el olor del jazmin porque pasé unos días inolvidables en Granada, y ese olor andaba por todos los sitios.Asocio el Jazmín a la felicidad de esos días.
    Saludos y un abrazo fuerte

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  3. Entrañables recuerdos, Francisco, tal vez sea que siempre deseamos volver a lo perdido y entonces... Aflora la nostalgia.

    La casa de mis abuelos maternos tenía mucho parecido a la tuya, paterna.

    Un abrazo.

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  4. Francisco, hermosas letras que me traen recuerdos con aromas de jazmines. Un ramito de jazmines secos conservo en uno de mis libros de versos, recuerdo del dia en que me comprometi en matrimonio, hoy te leo y se perfuma mi alma con aromas de jazmines. Que belleza. Un placer leerte amigo. Cuidate.

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  5. Has nombrado jazmín y me han venido todos los olores, una gran flor que no tiene el prestigio de otros, como siempre lo famoso es lo grandilocuente y no lo pequeñito como es el caso de esta florecita de hondo perfume.

    Un abrazo.

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  6. Hay tradiciones espontáneas que no deben romperse, sino alimentarlas por la belleza y significado que encierran.
    A mí los jazmines me encantan porque me recuerdan a mi madre,apasionada de las plantas de todo tipo,pero particularmente de los jazmines, de los que teníamos en la terraza varias macetas.
    Siempre tomaba con esmero un ramillete para colocarlo dentro de un pañuelito de tela-que aún conservo- dentro de su bolsillo.
    Yo lo llamaba el bolsillo perfumado y se reía.
    Aysss,qué recuerdos tan bonitos me has traído con tu preciosa entrada...
    Besos.

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  7. Leerte me lleva a mi niñez, y soy feliz, no vivo del pasado pero regresar me llena de felicidad, y de olores.
    Las celindas, las rosas, las azucenas y los jazmines en forma de moña en el pecho de mi abuela son los olores de mi niñez.

    Precioso texto, mejores recuerdos.
    Un abrazo Francisco.

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  8. Jazmines en el pelo...hasta la canción de la "Flor de la Canela" los resalta.Es que su olor es tan intenso junto con la lavanda que en mí jardin tengo y que dan tanta paz.Hay aromas que producen tranquilidad como estos.

    Un saludo.

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  9. Los jazmines eran el ambientador natural de casa duarnte mi nfancia. Mi madre ponía un platito en mi mesita de noche para que los mosquitos no se acercaran. Mi adolescencia está marcada por un ramito de jazmín engarzado en una horquilla de moño y colocado en la solapa.
    El jazmín y el azahar son mi mejor recuerdo olfativo.

    Un beso

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  10. Bonita estampa nos traes hoy con el olor inconfundible de Andalucía. Echo de menos ese perfume. Por qué nos domina la albahaca, el romero, tomillo, espliego, lavanda, sándalo y alguna otra hierba, que tampoco están mal. Un saludo desde mi mejana

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  11. Parece ser que tenemos cosas común,la primera de ellas es que ambos somos andaluces.

    Yo también recuerdo el aroma del jazmín en mi niñez.No he tenido ninguno en casa pero cuando me sentaba en el patio de mi tía podía sentir el aroma de esta planta.

    Un limonero y un naranjo había en el patio de mi casa. No hay nada mejor que tomar la fruta recién cogida del árbol.

    Ahora solo tengo recuerdos de esos tiempos. La niñez quedó atrás. Ahora soy madre de familia y en vez de casa habito en un piso.

    Un abrazo amigo

    http://ventanadefoto.blogspot.com.es/

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  12. Los recuerdos son la mejor manera de huir de los fantasmas del presente. Dicen que estos suelen estar en el pasado, pero a veces no es cierto.
    Saludos

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  13. YO RECUERDO LOS JAZMINES DE MI ABUELA, EN SU CASA TENÍA DOS PLANTAS ENORMES QUE TODAVÍA DAN FLORES.

    SIEMPRE ME LOS DABA EN UN RAMITO Y YO LOS PONÍA EN UN FLORERITO.
    QUE BELLEZA, ADORO LOS JAZMINES, SON MIS PREFERIDOS.

    BESOS QUERIDO FRANCISCO.

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  14. Qué lindo recuerdo, qué maravilloso aroma, qué entrañable tradición.

    Es un placer reencontrarte después de nuestro largo descanso.

    Saludos, compañero.

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  15. Ahora vivo en un piso y no tengo ocasión de cultivar un jazmín y oras muchas flores, pero eso no quita para que te haga entrega de este ramito de jazmines virtual, con su inconfundible aroma, en agradecimiento por venir continuamente a mi humilde hogar de letras.
    Abrazos

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  16. Que lindo lo que nos trae Francisco! Trae la sensación al leer del aroma del jazmín, que parece ser muy significativo para muchos, a mi me recuerda a la navidad porque en el fondo de mi casa de crianza había un enorme jazmín que florecía en esa fecha y de niña notaba que cuando florecía llegaba la navidad.Que orgulloso ha de estar su padre desde la estrella de donde lo mira,usted no siembra jazmines, siembra palabras y cultiva amigos.
    Saludos!

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  17. Ese mismo recuerdo de ratos familiares me lo trae a mi el Galán de noche, no se si lo conocerás, aqui es muy frecuente que se tenga en los jardines y en el verano ese olor te recibe desde mucho antes de llegar a tu casa, es un olor irrepetible
    Bssss

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  18. Querido Francisco, he sentido tan cercana tu historia, que incluso he creído percibir el maravilloso olor a jazmín. Tus letras evocan recuerdos hermosos y me llevan al que fue el hogar de mi abuela, donde el jazmín era siempre la planta que adornaba su patio, y que cuidaba con tanto esmero. Hoy, siempre cada vez que tengo cerca esta hermosa planta, su olor me trae el recuerdo de su imagen sonriendo, y colocando un ramillete en el centro de su mesa.
    Gracias por compartir unos recuerdos tan bonitos y cálidos.

    Un abrazo

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