16 marzo 2012

YO CONOCÍ

Yo conocí un estado anterior al del bienestar, ese mismo al que parece que regresamos de nuevo sin remisión.  Eran los años cincuenta. Para mí la plaza era un lugar de juegos, como lo era también la calle, todas las calles; eran muy escasos los vehículos a motor, mas si acaso aparecía uno de tarde en tarde, se hacía notar desde lejos y le dejábamos paso como le dejábamos paso a las bestias y arrieros. Por la noche, la plaza era tomada por los hombres a la espera de que alguien les ofreciera una jornada de trabajo para el día siguiente.


Yo conocí un estado anterior al del bienestar, cuando enfermar era un lujo que no estaba al alcance de todos: había que pagar al médico y luego pasar por la farmacia con la cartera bien repleta. A los sesenta todos eran ancianos y hablaban con nostalgia de sus tiempos mozos, de la agilidad perdida y de los familiares y amigos caídos en la guerra. Se vivía el miedo y no se transmitían las ideas porque éstas venían envueltas en el celofán de la sospecha y en la oscura transparencia de la acusación. Los que no se resignaban y los más intrépidos se veían forzados a emigrar.

Yo conocí un estado anterior al del bienestar, y hasta es posible que mis hijos y mis nietos logren conocerlo en este bucle que teje los caprichos del tiempo. Como vuelven las modas, la vida gira y gira y nos quiere presentar una cara que creíamos enterrada para siempre. Ahora no van las personas a buscar trabajo a la plaza, tampoco a la oficina de empleo; dan vueltas y vueltas y empapelan todo con currículos que nadie lee y que seguramente acabarán en las papeleras.

Yo conocí un estado anterior al del bienestar, y hasta llegué a ver en un cajón de casa un ejemplar de la cartilla de racionamiento, ya caduca y amarillenta. Existía un flujo de personas que iban de un lugar a otro y pedían por Dios escondiéndose de los civiles para no ser acusados de vagos y maleantes; un tiempo en el que la edad laboral se iniciaba en la niñez y la escuela tenía horario nocturno, pizarra y pizarrín; también conocí un progreso que nos contaron que sería ilimitado, pero no nos dijeron la verdad.

23 comentarios:

  1. Francisco,nada es para siempre, ni lo bueno ni lo malo.Ya todo cambiara,parece lento cuando uno padece pero los días pasan, los políticos y gobernantes también.Cuando nada quede,el espíritu te remontara.
    Un fuerte abrazo.

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  2. Nos engañaron en muchas cosas, pero quedaron los buenos recuerdos de la infancia... eso nadie nos lo podrá quitar... bueno solo la Memoria si decide abandonarnos.

    Me encantó tu poema "Nunca fue el jazmín". Es precioso. Mis felicitaciones.

    Un abrazo.

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  3. Yo también Francisco. Y siento nostalgia. No siempre el tiempo pasado fue el peor.

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  4. Todo pasa... lo interesante es que tenemos la capacidad para recordar lo que más queremos y quedarnos con lo bueno.
    Me gustó haber llegado hasta aquí y leerte.
    Te envío un abrazo desde Colombia, ya te seguiré leyendo.

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  5. Hola Francisco...excelente escrito que nos muestra como la vida es dinámica y nos permite tener diferentes experiencias que nos enriquecen, aprendiendo a vivir tanto en el tiempo de las vacas gordas como en el de las vacas flacas. Es un placer leerte. Recibe un fuerte abrazo.

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  6. Hola Francisco, cuanta nostalgia en este texto que compartes. Te dejo un beso, cuidate amigo.

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  7. Nunca, ningún tiempo pasado fue mejor, otra cosa es que nos traiga buenos recuerdos de una juventud que ya paso.

    Un abrazo

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    1. ¿Estás seguro, Emilio, de que dentro de algún tiempo podamos decir lo mismo?
      Un abrazo desde mi mejana

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  8. Yo también lo conocí aunque no soy consciente de ello, el ir venir de aqui para allá no ha fijado escenas concretas, pero si recuerdos en parte tristes que han forjado mi carácter.
    Me ha gustado mucho este post de hoy. Ojalá que no sea un oráculo, jamás trato de recuperar el pasado, ni las escenas más hermosas me siven en aquí y el ahora...
    Bss

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  9. Yo también viví lo que describes y ha sido bonito llegar hasta aquí. No creo que sea lo mismo el regreso y tampoco creo que lo haya. Hemos parado, la situación era ya insostenible, no veíamos ningún límite. Pero lo tengo la esperanza de que se saldrá. La esperanza es lo último que se pierde o se tiene.
    Un abrazo desde mi mejana

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  10. Yo conocí la cartilla de racionamiento en activo, con lo poco que alcanzaba de ciertos artículos,conocí la tortilla con las patatas cocidas para gastar menos aceite porque había el que daban y no más. Conocí el mercado negro, las mujeres que venían de los pueblos con los huevos escondidos en el refajo a venderlos en la capital, bajándose del tranvía en pleno campo para no pasar por el fielato. Conocí el pan negro y el chocolate que parecía de tierra. Conocí las restricciones de luz, buscar las linternas antes de las doce porque a esa hora te quedabas a oscuras. Conocí las tiendas con los estantes llenos de cajas vacías. Conocí a mi abuelo trabajando más allá de los 70 porque la pensión de un funcionario era de miseria. Conocí como una familia quedaba entrampada para mucho tiempo si necesitaba una intervención quirúrgica. Conocí....

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  11. En ningún caso he querido decir que el pasado fuera mejor que lo que nos espera; si así se me ha entendido es que lo he expresado bastante peor de lo que debía. Muy al contrario, he querido decir, especialmente a aquellos que no conocieron los años 40-50, que nuestro pasado o el de nuestros padres fue mucho peor de lo que nos espera. Parece que el copago médico-farmacéutico va a ser un hecho, pero en el pasado ni siquiera existía la seguridad social.
    Estoy muy agradecido con todos los comentarios. Un abrazo.

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  12. No te has expresado mal. Yo entendí perfectamente lo que has querido decir: volvemos sin remisión a la época de la España precaria.
    Un saludo.

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  13. Volver atrás es un hecho, no sé si a los 40, a los 50 o a los 60, pero para atrás vamos de cabeza. Y todo por la falta de previsión y la mala gestión de quien poseía nuestra confianza.

    De todas formas, aquel tiempo anterior al del bienestar tenía otros valores que no estaría nada mal recuperar.

    Un abrazo Francisco.

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  14. Hola primo!!!! Seguro que te sientes afortunado por haber sido tan feliz en la niñez, eran tiempos duros (eso no lo dudo) pero todo era tan distinto a como es ahora... sí, mucho adelanto pero considero que antes se era más feliz y todo te llenaba. Ahora estamos solos y medio vacíos aunque llenos de cosas inútiles que al fin al cabo no nos aportan mas que materialismo. Una entrada estupenda, me ha gustado mucho. Besos cariñosos!!!

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  15. Me ha gustado la entrada Francisco, haces una buena referencia. En mi humilde opinión (y por lo que siempre han contado mis padres pues yo no viví aquellos años), aunque ahora nos quejemos, se ha avanzado en muchas cosas. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

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  16. Yo nunca me creí eso del estado de bienestar. ¿El bienestar de quién? Siempre he visto, desde pequeños, ricos que derrochan, trabajadores sudados y remendados, mendigos, siempre. ¿A qué bienestar nos referimos? En todo caso, tu reflexión es para enmarcar. Buen fin de semana, Francisco.

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  17. Esperemos que ese triste día no llegue nunca, que el mundo progrese y no volvamos, como tristemente parece, a principios del siglo XX o, sin ir más lejos, al tiempo anterior a los años 60 que tú tan bien recuerdas.
    Saludos

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  18. Yo me quedo con lo bueno del pasado que hay mucho, y me intento subir al carro del presente, que en el futuro ya nos dirán si lo de hoy fue bueno o no, aunque muy listo no hay que ser para averiguar lo que nos comentaran… Saludos por tan buen post.

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  19. Se supone que el progreso y el avance tecnológico deberían conllevar a la vez un mejor bienestar social, hoy en día ya no sé que suponer, ni donde existen los fallos del sistema , quien los causa o provoca ,si son malas gestiones , en fin...siempre nos quedará la esperanza y los recuerdos del pasado vivido.

    Buen fin de semana Francisco.

    Un Saludo cordial.

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  20. Me acuerdo de la cartilla de racionamiento, yo vi comprar a mi madre con ella, me acuerdo que no había seguridad social, me acuerdo que no había azucar y mi madre nos daba un caramelo para endulzar la leche o el agua de hierbas cuando no había leche, me acuerdo...
    Me da miedo pensar que poco o mucho volvamos a ello, no, no debería ser, y lo digo más por los jóvenes que por mi,no, no me gustaría
    un beso y feliz fin de semana

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  21. Qué bonita reflexión, Francisco. Me ha gustado mucho leerte.

    Un saludo!

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  22. DE niño. Recuerdo dividir en siete el pan de mantequilla para que dure toda la semana. El cenar Salpicon de varne o de ave por ponerle un nombre bonito a comernos en frío las sobras del día anterior. Tiempos que no deseo que vuelvan a mi país como tampoco al tuyo.

    Vaya un abrazo cariñoso y cordial


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