24 diciembre 2010

ADVERSIDAD METEOROLÓGICA

Parece como que nos hubiéramos desacostumbrado a vivir con la naturaleza y nos cuenta mucho más convivir con los fenómenos atmosféricos. Siempre nos sorprenden las estaciones y sus fenómenos como si se tratase de algo novedoso nunca antes visto. Llega el invierno y nos quejamos de frío, en un tiempo en el que lo normal es que lo haga; nieva y nos quedamos aislados, cuando mayor número de medios mecánicos existen para solventarlo; la primavera deja en libertad el polen y nos ahogan las alergias; el calor estival parece asfixiarnos y nos sorprende la sequía; en otoño, los golpes de lluvia y viento nos inunda, como si fuera la primera vez que vemos llover.



Aunque le hayamos perdido el respeto, la naturaleza tiene sus leyes, y bien estudiadas por el hombre, por cierto, de manera que las sorpresas no tienen ni pies ni cabeza. El hombre, cuando dejó de ser nómada, se asentó cerca de los ríos porque el agua es imprescindible para la vida, pero nos dejó en herencia las experiencias vividas y nos enseñaron a respetar las riberas, sabedores de que los ríos tienen el título de propiedad y los usan cíclicamente cuando la lluvia es mucha. Pero últimamente hemos invadidos esos espacios y ahora nos asombramos y lamentamos de las inundaciones, a sabiendas de haber construido en terrenos inundables.

En la antigüedad no había otro medio de luchar contra el aislamiento por la nieve que pertrechando la despensa de víveres para superar los nevazos; hoy en cambio, las quitanieves y las dispensadoras de sal logran que no sea más que muy puntuales los problemas de incomunicación; por otra parte, los medios técnicos para hacer los hogares y lugares de trabajo más confortables están logradísimos y al alcance de todos. En cuanto a las alergias primaverales, amén de la especialidad médica de alergología, cada vez mayor número de personas reciben el tratamiento específico, cosa que cincuenta años atrás era impensable; bien es verdad que ha proliferado el número de alérgicos frente al pasado.

En la ciudad de Sevilla, como sucede con en otros territorios con veranos muy calurosos, podemos ver en el casco histórico cómo la fisonomía del caserío es apretujada en sus calle, con patios interiores, fuentes y plantas, esteras para ensombrecer los vanos lo mejor posible y paredes enjalbegadas para repeler la luz solar y con ello el calor. No así la extensión ciudadana extramuros, tan despersonalizadas e idénticas a las de cualquier ciudad y latitud, las cuales se defiendes con instalaciones de refrigeración con consumo energético.

¿Qué nos ocurre? ¿Hemos olvidado la tradición recibida? ¿Hemos pensado que podemos llevar el pulso a la climatología? Al margen del evidente o no cambio climático, la naturaleza tiene sus leyes y sus periodos y a ella le debemos un gran respeto en lugar de sorpresas.

8 comentarios:

  1. Tienes muchísima razón, Francisco. Cuando viene una ola de frío, de lluvias o de calor solemos decir desde hace 50 ó 60 años no llovia, nevaba o hacía ese calor; lo cual quiere decir que esto ya había sucedido antes. ¿De qué nos extrañamos? ¿Es esto el cambio climático?
    Nos hemos olvidado que ha habido varias glaciaciones y se ha extinguido numerosa fauna y flora. A mi entender no sucede nada extraño. son ciclos de la naturaleza.
    Otra cosa es lo que estamos haciendo con ella.
    Un abrazo

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  2. Eres un filósofo, Francisco!

    Me encantan tus reflexiones porque son totalmente ciertas, y tú, parece que nos despiertas la memoria colectiva, azuzas nuestras conciencias un poquito... y además, nos haces disfrutar con tu verbo resuelto y fluído!

    Me encanta este pequeño patio que nos has dejado abierto para entrar y descansar cuando queramos.
    Gracias, caballero!

    Y FELIZ NAVIDAD para ti y todos los tuyos!
    Un super abrazo!
    ;)

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  3. Lo que pasa es que no estamos hechos a nada, ni soportamos el frío ni el calor.
    Yo particularmente odio el calor, no lo soporto y prefiero mil veces el frío cordobés que sus 45º de verano.
    Un beso Francisco.

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  4. No solo el tiempo nos molesta con sus cambios, somos tan urbanitas que el aire, la humedad, todo lo que la naturaleza produce nos despeina e incomoda. Pero nos vamos de vacaciones a lejanas tierras que nos ofrecen...mas de lo mismo, claro.

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  5. Como dice Edurne, eres un filosofo y me encanta como dices las cosas, eres del verbo divino. Sea cual sea el tema, es un deleite leerte, sentarse en ese tu patio abierto ahora a todos, a reflexionar sobre lo leido debe ser muy alentador.

    Un fuerte y calido abrazo

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  6. Todos los temas te sirve, inteligentemente, para hacernos reflexionar con tus observaciones.

    Yo me encuentro mejor con e frio que con el calor. Lo que si me gustan son los días luminosos y con las tardes largas.Me gustan las estaciones y ¡el verano llegará!

    Feliz Navidad y suerte para el Año 2011. Paz, Amor y Salud, es lo que te deseo.

    un abrazo.

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  7. A veces he pensado lo mismo que tú, que nos quejamos de vicio, porque a Béjar antiguamente venían a trabajar en las fábricas hombres, mujeres y niños en pleno invierno, a las 5 de la mañana, de noche y con un frío mortal. La gente no tenía calefacción en sus casas y aguantaba la situación. Ahora tenemos de todo y nos quejamos.

    Un abrazo y feliz noche

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  8. .. son los "medios de comunicación" y sus manejos para dar de comer al pueblo..de parte de los políticos, los de izquierda, desviando la atención a sus políticas de derecha y los de derechas, desviando el pensamiento para que nadie piense algo serio... sds y felices fiestas.

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